Italia detuvo este martes a 16 miembros del clan que controla los suburbios Ciaculli y Brancaccio de la capital siciliana de Palermo (sur), uno de los más históricos y aguerridos del lugar, y desbarataron su red de extorsión, diezmada por la pandemia.

La Policía y el cuerpo de Carabineros (militarizado) ejecutaron una operación conjunta contra la cúspide y los "soldados" del clan, acusados todos de delitos como asociación mafiosa, extorsión y tenencia ilícita de armas.

"Ha sido identificada la cúspide del 'mandamento' (zona de influencia de un clan). Se trata de una de las organizaciones más aguerridas e históricas de Palermo", celebró el general de los Carabineros, Arturo Guarino.

La operación ha permitido desvelar los vínculos de este importante clan de Cosa Nostra con otras organizaciones criminales del mundo, sobre todo las de Estados Unidos, pero también ha vuelto a mostrar las extorsiones con las que la mafia asfixia a la ciudad de Palermo.

Un fenómeno también lastrado por la pandemia. En una llamada interceptada se escucha a un detenido, Maurizio Di Fede, excusarse con la esposa de un mafioso encarcelado por no poder recabar dinero a causa del cierre de las tiendas en el confinamiento.

No obstante, explican los Carabineros, los dueños de los pocos negocios que pudieron abrir durante el confinamiento, de primera necesidad y con pingües beneficios, "fueron obligados a desembolsar el pago mafioso", se lee en un comunicado.

Entre los detenidos hay importantes capos como Giuseppe Greco, de 63 años, hijo de Salvatore Greco, alias "el senador" y sobrino de Michele Greco, "el papa". También se arrestó a Ignazio Ingrassia (71), su consejero, y al mafioso Giuseppe Giuliano (58).

Especialmente importante es la figura de Ingrassia, que actuaba como vínculo entre los "hombres de honor" sicilianos con la Cosa Nostra de Nueva York.

Entre sus actividades delictivas estaba el cobro del "pizzo", de la extorsión, a empresarios y comerciantes de supermercados, desguaces, carnicerías, bares, discotecas, farmacias, panaderías, empresas de construcción y concesionarios de coches.

Esta red de extorsiones era gestionada por los jefes de la familia Roccella, Giovanni Di Lisciandro (70) y Stefano Nolano (42), quienes organizaban las reuniones entre mafiosos y se encargaban de mantener a los familiares de los detenidos de Cosa Nostra.

Algunos de los detenidos en la operación son los denominados "soldados", que muchas veces ni siquiera necesitaban amenazar a los comerciantes, sino que solo tenían que acercarse a sus tiendas para obtener el pago del 'pizzo', explican los agentes.

Por otro lado la operación descubrió que el grupo tenía acceso a "armas perfectamente en función" y "preparadas para ser utilizadas para sus objetivos criminales".

Se trata de la segunda operación en menos de una semana contra la histórica Cosa Nostra, después de la que el pasado 14 de julio se tradujo en catorce arrestos del 'mandamento' Torretta, nexo con el crimen organizado neoyorquino.

La relación era tan estrecha que un emisario de este clan viajó a Estados Unidos para indagar en el asesinato a tiros en marzo de 2019 en Staten Island de Frank Calì, alias 'Franky Boy', exponente de la histórica familia del hampa de los Gambino.

Las dieciséis detenciones de este martes, avisó el general Guarino, demuestran la voluntad de las fuerzas del orden de "no dar tregua" a la mafia siciliana.