Con tan solo 26 añosRoman Protasevich ha acumulado una experiencia que rivaliza con la de muchos veteranos defensores de los derechos humanos en Occidente. Pese a su juventud, se había convertido en uno de los principales enemigos del régimen de Aleksándr Lukashenko, que no ha dudado en recurrir a una arriesgada operación policial, desviando un avión comercial en pleno vuelo y movilizando enormes recursos, incluyendo la probable participación de los servicios secretos de la vecina Rusia, para neutralizar al periodista y disidente. “El decía: 'no podemos permanecer sentados; hay que hacer algo para cambiar esta vida; es ilegal'”, explicaba este lunes su madre, Natalia Protasevich, en una entrevista concedida al portal ‘Meduza’.

De adolescente

El joven nació en Minsk, la capital de Bielorrusia, en mayo de 1995. Se inició en el activismo político hace un decenio, cuando todavía era un adolescente, y ya en el 2011 fue detenido por participar en una manifestación ‘silenciosa’, lo que le valió una expulsión del instituto en el que estudiaba y le obligó a continuar sus estudios en otra escuela. Meses después, se integró en el denominado Frente Juvenil, una organización de jóvenes de tendencia opositora y al año siguiente, en el 2012, ya gestionaba un amplio grupo de personas contrarias a Lukashenko en VKontakte, la principal red social rusa. Al acabar la enseñanza secundaria ingresó en Universidad Estatal de Bielorrusia para cursar estudios de periodismo, centro del que también acabó siendo excluido debido a sus actividades políticas.

A finales de 2019, meses antes incluso de la celebración de las polémicas elecciones presidenciales calificadas como “fraudulentas” por la oposición, el cerco a las figuras opositoras en Bielorrusia era ya muy intenso. Fue entonces cuando Protasevich, tras haber trabajado en diversos medios de comunicación locales, decidió abandonar su país y refugiarse en Polonia, donde solicitó asilo político. Desde el país vecino dirigió NEXTA, un canal de noticias en la red social Telegram y en YouTube, que acumulaba centenares de miles de seguidores y había difundido un rompedor documental titulado ‘Lukashenko, materiales criminales’ denunciando los excesos del líder bielorruso. NEXTA, además, se convirtió en uno de los principales medios de referencia cuando las autoridades bielorrusas bloquearon el acceso a internet en cuanto comenzaron las movilizaciones callejeras de protesta en los días posteriores a los polémicos comicios

Apagón informativo

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En esos días de apagón informativo, y con un reducido personal de únicamente cuatro personas con base en Varsovia, NEXTA continuaba publicando imágenes de agentes antidisturbios cargando contra manifestantes, atropellosexcesos policiales proporcionadas por los propios participantes. En algunas ocasiones se cometieron errores debido a la precipitación, lo que generó críticas por parte de otros medios de comunicación que realizaban un periodismo más convencional.

Pese a todo ello, gracias a sus más de 600.000 suscriptores en YouTube y 1,8 millones en Telegram, se erigió en una de las amenazas más relevantes para las autoridades de Minsk,. En el otoño de 2020, Protasevich y Stepan Putilo, fundador del medio de comunicación, fueron incluidos por el KGB bielorruso en la lista de personas físicas que apoyaban el terrorismo, aunque no se presentaron finalmente cargos. Semanas antes, había sido acusado por la justicia bielorrusa de "incitar desórdenes públicos", delito que en el país eslavo se castiga con hasta 12 años de cárcelEn su cuenta de Twitter, hacía referencia a todo ello en tono de burla: "soy el primer periodista-terrorista".