El hombre de 29 años que el pasado martes supuestamente asesinó a su jefe y a un compañero de trabajo se entregó este viernes, después del impresionante dispositivo formado los tres últimos días para buscarle, compuesto por 350 gendarmes en una zona boscosa y montañosa de Cévennes, al sur de Francia.

"El hombre buscado desde el martes en Gard se ha entregado. Gracias a todos los agentes del Estado por su movilización excepcional, de noche y de día, durante los tres últimos días", comunicó el ministro del Interior de Francia, Gérald Darmanin, en un mensaje en Twitter.

Los gendarmes, apoyados por drones, siete helicópteros y un equipo de cartógrafos, llegaron a establecer un perímetro de más de 15 kilómetros cuadrados de espesos bosques de coníferas para arrestar a Valentin Marcone, el presunto asesino, un cazador acostumbrado a las marchas por el monte y miembro de un club de tiro. Dentro de ese dispositivo se desplegó hasta una treintena de miembros del Grupo de Intervención de la Gendarmería Nacional (GIGN), un cuerpo de élite.

Las autoridades, que divulgaron un mensaje del padre de Marcone en el que le pedía que se rindiera, habían aconsejado a los habitantes de la zona que se confinasen por considerarlo muy peligroso e incluso desalojaron a cuatro familias de su pueblo, Les Plantiers, para evitar que pudieran convertirse en objetivos. En el registro de su casa, donde vivía con su mujer y con su hija de corta edad, se encontraron una docena de armas y 3.300 municiones de diferentes calibres.

Según los elementos que se han filtrado de la investigación, el asesinato del patrón de la serrería donde trabajaba y de otro empleado pudo tener que ver con un conflicto laboral que arrastraba desde hacía tiempo, aparentemente en relación con los horarios. Marcone había mantenido en el pasado conflictos con otras personas de la zona, incluido el anterior alcalde de Les Plantiers. El fiscal señaló que en los últimos días se había percibido un cambio de su comportamiento y acudía al trabajo con chaleco antibalas.

El hombre, que ha quedado arrestado bajo los cargos de "asesinatos", estaba "muy debilitado" cuando se entregó a los agentes, según precisó este viernes la Gendarmería. "Disculpadme, me entrego", le dijo a una patrulla a la que le señaló también que no iba armado.

Según indicó el comandante de la operación, Arnaud Browaeys, había dejado su escondite en dirección a su casa y se puso a disposición de los primeros gendarmes con los que se encontró, a los que les dijo dónde estaban las armas con las que se dio a la fuga. Su familia dijo estar aliviada de que se haya evitado "un baño de sangre", informó la emisora France Info, mientras que la alcaldía de Les Plantiers celebró que "el miedo se aleje" con su detención, según añadió la cadena BFM TV.