El volcán Etna ha vuelto a entrar en erupción en las últimas horas, con emisión de lava y una columna de cenizas que alcanzó los siete kilómetros de altura antes de dispersarse, según informó el Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología (INGV).

La actividad volcánica en el cráter sureste, que comenzó de madrugada, provocó pequeñas explosiones y acabó formando una lengua de lava que se ha expandido hacia la parte del valle del Bove, en la isla de Sicilia (sur), además de la nube de cenizas.

El fenómeno ha obligado a cerrar momentáneamente el espacio aéreo en torno al volcán, por lo que algunos vuelos han sido desviados hasta el aeropuerto de Palermo, la capital de Sicilia (sur de Italia), informaron hoy las autoridades.

"La compañía gestora del aeropuerto de Catania informa de que, debido a la actividad eruptiva del Etna, el espacio aéreo está actualmente bloqueado al tráfico. Por lo tanto, ningún vuelo puede aterrizar o despegar", se indica en la web del aeródromo. 

Mientras tanto, los servicios de socorro lograron localizar sanos y salvos a siete jóvenes que habían decidido ir al volcán, atraídos por la erupción, y que se perdieron en un sendero que conecta las dos vertientes cuando la actividad volcánica se encontraba en pleno rendimiento.

A través de indicaciones telefónicas, los jóvenes fueron dirigidos al refugio de Timparossa, donde esperaron la llegada de agentes del cuerpo forestal, que encontraron a los adolescentes asustados, pero en buen estado de salud, según medios locales.

El Instituto explicó que estos episodios eruptivos son un fenómeno típico de la reciente actividad del Etna.

Desde 1977 hasta la actualidad se han producido cientos de episodios similares al actual, incluida la secuencia excepcional de 66 entre enero y agosto de 2000 y unos 50 entre 2011 y 2013.