El producto interior bruto (PIB) de China creció un 2,3 % en 2020, según datos oficiales publicados este lunes, que confirman que la economía de la COVID-19 en un contexto de contracción económica mundial.

La cifra es la más baja desde 1976; sin embargo, de cumplirse las previsiones a nivel mundial, situaría a China como una de las pocas economías mundiales en registrar expansión económica y, especialmente, como la única de las potencias globales en conseguirlo.

En el último trimestre del año, el PIB chino se elevó un 6,5 % interanual, consolidando el camino de la recuperación tras el desplome del 6,8 % entre enero y marzo, los meses más duros de la pandemia en el gigante asiático, que vinieron acompañados de semanas de parálisis económica tras el Año Nuevo lunar.

Tras ello, la economía repuntó un 3,2 % en el segundo trimestre y un 4,9 % en el tercero.

"La economía nacional se recuperó de forma sostenida (?) y las principales metas de desarrollo económico y social se alcanzaron incluso mejor de lo esperado", apuntó la Oficina Nacional de Estadística (ONE) en un comunicado.

El avance del 2,3 % supera también las expectativas de instituciones internacionales, cuyos últimos pronósticos rondaban el 2 %.

En términos nominales, la riqueza total de China ascendió el año pasado a 101,6 billones de yuanes (15,68 billones de dólares, 12,98 billones de euros).

También se hicieron hoy públicos otros datos como las ventas minoristas, que cayeron un 3,9 % interanual, algo que para algunos analistas evidencia que la recuperación en China ha venido dada por el lado de la oferta más que por el de la demanda.

Mientras tanto, la producción industrial avanzó un 2,8 % en el global del año, la inversión en activos fijos creció un 2,9 %, y la tasa oficial de desempleo urbano se mantuvo en los mismos niveles que en 2019 al situarse en un 5,2 %.