La mayoría demócrata de la Cámara Baja de EEUU logró este lunes aprobar un incremento de 600 a 2.000 dólares en los depósitos directos que recibirán los estadounidenses, algo a lo que se opusieron varios republicanos pese a que el presidente saliente, Donald Trump, había exigido ese aumento.

Con 275 votos a favor y 134 en contra, la Cámara de Representantes aprobó aumentar el monto de dichos cheques y envió la iniciativa al Senado, donde no está claro que la mayoría republicana vaya a apoyar ese incremento a pesar de las exigencias de Trump, del mismo partido.

Para aprobar el aumento, la Cámara de Representantes necesitaba el visto bueno de dos tercios de sus miembros, por lo que era indispensable el apoyo de algunos de los miembros de la bancada republicana.

En la sesión, la presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, pidió a los republicanos que votaran a favor de la iniciativa para ayudar a las familias que han sido golpeadas con fuerza por la pandemia y han perdido sus trabajos o se enfrentan a otras dificultades económicas.

"Los republicanos solo tienen una opción: votar por esta ley o negar el dolor que sienten las familias. Rechazar esto sería negar los desafíos económicos a los que se enfrenta el pueblo estadounidense. Os pido un fuerte apoyo bipartidista", urgió Pelosi.

Después de cinco días negándose a hacerlo, el domingo, Trump finalmente ratificó un proyecto de ley, conocido como omnibús, por valor de 2,3 billones de dólares y que incluía un paquete de estímulo de 900.000 millones de dólares para paliar el deterioro de la economía debido a la pandemia de covid-19.

Ese plan de rescate contiene pagos directos de 600 dólares a todos los estadounidenses con una renta anual menor a 75.000 dólares, pero el gobernante y los demócratas quieren que la cifra final sea de 2.000 dólares.

Paradójicamente, el gobernante y los demócratas están de acuerdo en aumentar esos pagos, pero los republicanos están divididos: unos apoyan el incremento por ser una idea popular entre los estadounidenses y otros se aferran a la tradición del partido, que siempre había abogado por la disciplina fiscal y el control del gasto público.

Además, esta división obliga a los republicanos a decidir si desafían o no al mandatario saliente, lo que podría tener consecuencias en la elección especial en el estado de Georgia.

El 5 de enero, Georgia celebra elecciones para elegir a quienes ocuparan los dos asientos que corresponden a este estado en el Senado federal, algo que servirá para decidir qué partido tiene la mayoría en esa cámara.

En Georgia, los dos candidatos republicanos, David Perdue y Kelly Loeffler, están intentando mantener un complicado equilibrio al apoyar a Trump pero sin llegar a decir si están a favor de un incremento en los pagos directos.

El Senado de EEUU podría votar mañana, martes, sobre esta medida.

Ley de Defensa

La Cámara Baja también dio este lunes el primer paso para anular el veto del presidente saliente, Donald Trump, a la ley del presupuesto anual de defensa valorado en 741.000 millones de dólares.

La Cámara de Representantes superó la barrera de dos tercios que era necesaria para dar ese primer paso y enviar la iniciativa al Senado, donde los republicanos detentan la mayoría y tendrán la última palabra para decidir si invalidan la iniciativa presidencial.

Una anulación del veto por parte del Congreso supondría un fuerte revés para Trump en los últimos días de su Presidencia, que acaba el 20 de enero de 2021.

Sería, además, la primera vez que se produce desde que llegó a la Casa Blanca hace casi cuatro años.

Durante la sesión, la vista estaba puesta en los republicanos para ver si apoyaban a su presidente, o si, por el contrario, seguían fieles a sí mismos y defendían la ley por la que votaron hace poco más de dos semanas.

Republicanos apelan al patriotismo

El republicano de mayor rango del comité de las Fuerzas Armadas de la Cámara de Representantes, Mac Thornberry, apeló al patriotismo de sus correligionarios para pedirles que pusieran "al país primero" y defendieran el presupuesto para defensa, ignorando otras consideraciones políticas.

"Depende de nosotros. Nuestras tropas, el país y, sobre todo, el mundo están pendientes de nosotros para ver qué hacemos. Para ver si podemos poner a un lado nuestras diferencias y unirnos para apoyar a nuestros hombres y mujeres en las Fuerzas Armadas y proteger la seguridad nacional de EEUU", argumentó.

La mayor parte de la bancada conservadora escuchó las palabras de Thornberry y votó para anular el veto, aunque algunos aliados del presidente, como el líder de los republicanos en la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, apoyaron al mandatario a pesar de que eso implicó posicionarse en contra de una iniciativa que habían apoyado anteriormente.

Primera vez en 59 años

Es la primera vez en 59 años que un presidente se ha opuesto a aprobar el presupuesto de defensa. Trump decidió la semana pasada vetar la llamada Ley de Autorización de Defensa Nacional para el año fiscal 2021 porque, entre otras cosas, restringe su capacidad para retirar a tropas estadounidenses de Alemania, Corea del Sur y Afganistán, como él había prometido anteriormente.

Además, el gobernante se opone a la ley porque incluye una provisión para cambiar el nombre de una decena de bases militares bautizadas en honor a los líderes de la Confederación sureña en la Guerra Civil (1861-1865), que se consideran como símbolos racistas del legado de esclavitud.

El mandatario, por último, quería que la legislación incluyera una cláusula para acabar con la llamada "Sección 230", que protege a los gigantes de internet como Twitter y Facebook de cualquier consecuencia legal por lo que terceras partes publican en sus sitios web.

Ley de Autorización de Defensa Nacional sirve para financiar las operaciones del Pentágono en el extranjero, e incluye subidas de salario para los soldados, fondos para nuevo equipo militar y para pagar el cuidado sanitario de las tropas.