La salida efectiva del Reino Unido de la UE el próximo 1 de enero de 2021, una vez finalizado el periodo transitorio, previsiblemente supondrá la aparición de barreras comerciales y trabas a la inversión directa, cuyo impacto sobre la economía dependerá de si se llega a un acuerdo y en qué términos.

Las empresas españolas esperan ya el desenlace inminente del Brexit tras casi un año de negociaciones entre la UE y el Reino Unido, porque se trata de uno de los principales mercados de las exportaciones españolas con un volumen anual de 20.000 millones de euros y el segundo destino de la inversión directa que alcanza cerca de 85.000 millones.

El Reino Unido es el quinto socio comercial para España, por detrás de Alemania, Francia, Italia y Portugal, que en 2019 recibió el 6,8 % del total de las exportaciones españolas, equivalentes a 19.666,38 millones, un importe que podría mermarse en función de los aranceles y otras barreras que se pudieran establecer a los productos españoles.

Aunque las exportaciones crecieron un 3,6 % en 2019 respecto al año anterior, las ventas al Reino Unido ya han caído un 2 % desde que en 2016 los británicos votaron a favor de abandonar la UE. Entre enero y octubre de 2020, las exportaciones al mercado británico han descendido un 18,2 % interanual, hasta 13.667,65 millones.

Cataluña y Madrid son las dos comunidades que más bienes venden a Reino Unido, seguidas por Andalucía, Comunidad Valenciana, Galicia, País Vasco y Aragón. Los vehículos automóviles, la fruta, las legumbres y las hortalizas son los bienes más vendidos, pero también metales preciosos, motores, electrodomésticos o medicamentos, entre otros.

Consecuencia inmedianta: aduanas e IVA

Desde el 1 de enero los flujos de mercancías entre España y el Reino Unido dejarán de tener la consideración de operaciones intracomunitarias para pasar a estar sujetos a formalidades aduaneras y a la liquidación del IVA en el caso de las importaciones (las exportaciones están exentas), que suponen un volumen anual de 11.808,21 millones con datos de 2019.

Vender o comprar bienes al Reino Unido implicará contar con un número identificador británico, presentar declaración en la aduana, proporcionar datos de protección y seguridad, obtener una licencia especial para determinados bienes o realizar trámites adicionales para el comercio de bienes sujetos a impuestos especiales (alcohol, tabaco o combustible).

Inversión española directa

El Reino Unido es el segundo destino, tras Estados Unidos, de la inversión exterior directa de España, con un stock acumulado a cierre de 2018 de 84.647 millones.

Son muchas las multinacionales españolas presentes en el mercado británico, que previsiblemente se mantendrán en el país, pero que podrían replantearse sus inversiones si el clima de negocios cambia y se alteran factores determinantes como la fiscalidad o la regulación laboral.

Ferrovial destaca en el sector servicios, con la gestión de grandes aeropuertos, entre ellos el de Heathrow en Londres, el más importante del Reino Unido y uno de los principales 'hubs' europeos.

ACS también participa en proyectos para el tren de alta velocidad británico, en la autopista A-13 en Londres, y en la ampliación del puerto de Aberdeen, mientras que FCC tiene una filial de servicios y medio ambiente con más de 100 contratos con cerca de 60 ayuntamientos.

Iberia se encuentra en una coyuntura particular, ya que su matriz, IAG, integra también a British Airways y tiene parte del capital británico e incluso de terceros países, por lo que la salida del Reino Unido de la UE puede forzar cambios. La legislación actual exige que las aerolíneas europeas tengan al menos el 50 % del capital en manos europeas.

También en este ámbito figura AENA, que tiene el aeropuerto londinense de Luton, mientras que en banca destaca la presencia del Santander y del Sabadell, este último a través de TSB. En el comercio minorista sobresalen las tiendas de Inditex y en energía, Iberdrola, a través de su filial Scottish Power y de importantes proyectos de inversión.

Telefónica mantiene uno de sus cuatro mercados principales en el Reino Unido, de donde proviene más de un 15 % de su negocio, en tanto que Cellnex opera con más de 8.500 torres de telecomunicaciones, que prevé ampliar hasta las 14.700 en 2022.