El súbito cierre el domingo de la frontera francesa a las mercancías procedentes de Reino Unido ha provocado una situación caótica en la región próxima al puerto inglés de Dover, con un peligro añadido de desabastecimiento en plena temporada navideña. Las colas kilométricas de camiones se prolongan en las carreteras y autopistas de la región de Kent. Algunos tramos de esas vías se han convertido en improvisados aparcamientos.

"La frontera francesa cerrada" anuncian los carteles luminosos en las autopistas, junto a llamamientos de las autoridades de no viajar a la zona. Francia ha dado a entender que el movimiento se podría "restablecer en las próximas horas". La Asociación británica de Transportistas por Carretera (RHA) ha pedido a los gobiernos de París y Londres que acuerden una solución. El Gobierno insiste en que los problemas fronterizos no van a afectar a la llegada de la vacuna contra el covid.

10.000 camiones diarios

Por el puerto de Dover transitan habitualmente 10.000 camiones cada día, pero este lunes por la mañana ni camioneros, ni pasajeros pueden cruzar el canal en dirección al continente, después de que París decretará un cierre en principio de 48 horas. Y aunque está permitido transitar en sentido contrario, muchos transportistas no quieren arriesgarse a entrar en el Reino Unido por miedo a quedar atrapados, como están ya miles de sus colegas, sin poder ir a lugar alguno.

El director ejecutivo de la RHA, Richard Burnett, ha pedido al Gobierno británico que facilite a los camioneros agua, comida e instalaciones sanitarias. La situación es similar en otros puntos. Las autoridades del Puerto Internacional de Portsmouth, en el sur de Inglaterra, también aconsejan a pasajeros y transportistas con dirección a Francia que no se desplacen al puerto.

Según distintas fuentes, entre 1.000 y 10.000 camioneros españoles están atrapados. Según la Confederación Española de Transporte de Mercancías (CETM), son entre 7.000 y 10.000 mientras que la Federación Nacional de Asociaciones de Transportistas de España (Fenadismer) rebaja la cifra a algo más de 1.000. Fuentes de la CETM han señalado que los conductores que han quedado atrapados no tienen sitio para aparcar, ni para comer. Fenadismer alerta sobre la posibilidad de que quienes están en esa situación se vean obligados a pasar allí los días de Navidad en condiciones precarias de higiene y alimentación.

Posible escasez de comida

El inesperado cierre, debido a la aparición de una cepa especialmente contagiosa de coronavirus, es un nuevo golpe para la industria del transporte después de los embotellamientos gigantescos registrados la pasada semana a causa de la incertidumbre del brexit y la proximidad de la Navidad. El primer ministro, Boris Johnson debe presidir una reunión del comité de emergencia nacional Cobra para discutir, según portavoces de Downing Street, "la situación de los desplazamientos internacionales y en particular del transporte de mercancías partiendo y llegando al Reino Unido".

En esa reunión también participa el Gobierno escocés. Hay millones de libras esterlinas en juego por el pescado procedente de Escocia que no puede cruzar la frontera al continente. La Federación de Comida y Bebida advierte también del miedo a posible escasez de productos frescos para Navidad. Sainsbury's, la segunda cadena de supermercados del Reino Unido ha advertido que "si nada cambia, vamos a comenzar ver escasez en los próximos días de lechugas, otras ensaladas, coliflores, brócoli y cítricos".