Bélgica mantendrá al menos durante dos semanas las restricciones para frenar la pandemia de coronavirus, como el cierre de comercios no esenciales o el toque de queda nocturno, a la espera de ver si se estabiliza la tendencia descendiente de contagios y hospitalizaciones.

"Bélgica permanece en urgencia sanitaria", declaró el primer ministro, Alexander de Croo, al término de una reunión de seguimiento celebrada dos semanas después de que se impusiera el cierre de comercios no esenciales, tras un endurecimiento progresivo de otras medidas.

Tal y como estaba previsto, y tras dos semanas de parón por vacaciones escolares prolongadas por la fuerte incidencia del covid, los colegios abrirán el próximo lunes con "extremada prudencia".

Bélgica presenta una incidencia acumulada de 1.232 nuevos casos por 100.000 personas en los últimos 14 días, todavía de los más altos de Europa, pero sigue mejorando sus datos de coronavirus, con una caída semanal de los contagios del 48 % y del 25 % en las hospitalizaciones.

Las muertes siguen creciendo, al 21 % semanal, aunque cada vez a menor ritmo y las autoridades esperan que ese dato también se estabilice o empiece a descender en lo que queda de semana.

Bélgica, que a finales de octubre llegó a ser el país más afectado de Europa por el coronavirus, ha ido ampliando las restricciones desde hace más de un mes y actualmente se aplica el toque de queda nocturno, el teletrabajo obligatorio, la mascarilla en lugares públicos, la limitación de contactos sociales y el cierre de ocio, cultura, deporte y comercios no esenciales.

Mientras va haciéndose más presente el debate sobre el desconfinamiento y las fiestas de fin de año, el ministro belga de Sanidad, Franck Vandenbroucke, manifestó hoy que "especular sobre la Navidad es absolutamente prematuro".