La localidad de St. Tammany, Lousiana, es un pequeño pueblo del sureste de Estados Unidos de los que ya van quedando cada vez menos, en un estado con victoria aplastante republicana en las últimas elecciones y previsiblemente más de lo mismo en las siguientes, sus ciudadanos, temerosos de Dios y practicantes de las antiguas costumbres, se han visto sorprendidos e indignados por la actitud de su párroco, Travis Clark, que fue sorprendido nada menos que grabándose en plena iglesia junto al altar en una actitud nada decorosa, o al menos eso es lo que ha publicado el diario TooFab.

El cura malinterpretó deliberadamente a su manera la clásica tradición cristiana de dar y recibir para montarse un trío con dos prostitutas mientras lo grababa con el móvil gracias a un trípode y a una estudiada iluminación que ha hecho a los parroquianos pensar que no era la primera vez que algo así ocurría en el templo de Dios. Fue precisamente esa iluminación la que acabó por delatar a Clark, ya que uno de sus feligreses, alarmado por semejantes luces a una hora intempestiva de la noche saliendo de 'su' iglesia, se decidió por asomarse para ver si todo iba bien.

Y vaya si lo iba. Hasta que el testigo decidió dar aviso a la policía, que se presentó con relativa rapidez para cerciorarse de que ni Clark ni sus dos acompañantes se habían percatado de que habían sido sorprendidos y seguían a sus prácticas, con tacones, corsés y diferentes juguetes sexuales que hicieron creer a los agentes que una de las prostitutas ejercía el papel de 'dominatrix'.

Los tres han sido detenidos y las prostitutas han sido identificadas como Melissa Cheng, de 23 años, y Mindy Dixon, de 41, pero puestos en libertad con cargos por conducta indecente en un lugar visible horas más tarde. La Archidiócesis de Nueva Orleans, por supuesto, ha relevado a Clark de sus funciones en la parroquia, tomando así por él la decisión de decantarse por su fe o por sus tripas.