El Gobierno de Argentina envió este miércoles una carta al Fondo Monetario Internacional (FMI) para solicitar formalmente la apertura de conversaciones con vistas a acordar un nuevo programa con el organismo multilateral.

La misiva fue remitida por el ministro de Economía argentino, Martín Guzmán, y el presidente del Banco Central, Miguel Pesce, a la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, después de que ésta mantuviera este miércoles una extensa conversación con el presidente de Argentina, Alberto Fernández.

En la carta, el Gobierno argentino expresa que el país soporta "importantes necesidades" de balanza de pagos para el período 2021-2024, mayormente asociadas con los abonos de deuda que debe hacer al FMI, por unos 44.000 millones de dólares.

"En este contexto, requerimos formalmente asistencia financiera bajo un programa con el Fondo Monetario Internacional, e invitamos al 'staff' a una misión para comenzar las conversaciones", dice la misiva.

Según informó el Ministerio de Economía en un comunicado, durante la conversación con Georgieva, Fernández insistió en la necesidad de que el futuro programa entre Argentina y el FMI "respete los objetivos de la recuperación económica y resolver los problemas sociales más acuciantes".

"Un nuevo acuerdo que incluya una reprogramación de los vencimientos de deuda con el FMI es un paso necesario para resolver la crisis económica a la que se condujo al país en los últimos años y así poder poner y mantener a la Argentina de pie", destacó Guzmán a través de su perfil en Twitter.

Pesce afirmó: "Es necesario que el próximo programa tenga presente la estabilidad como el crecimiento de la economía, del crédito y del mercado de capitales local".

La abultada deuda de Argentina con el FMI se generó por un acuerdo de ayuda financiera firmada en 2018 por el Gobierno de Mauricio Macri (2015-2019) con el organismo.

El pacto, con duras metas fiscales, preveía préstamos totales de 56.300 millones de dólares, de los que llegaron a desembolsarse unos 44.000 millones, cifra que representa el 13,5% de la deuda total de Argentina y coloca al FMI como el mayor acreedor externo del país.

El Gobierno de Alberto Fernández ya había advertido de que Argentina no tiene capacidad para pagar al FMI en los plazos establecidos.