El presidente bielorruso, Alexandr Lukashenko, acusó este viernes, por primera vez, a Estados Unidos de dirigir las protestas antigubernamentales en el país y a la Unión Europea de seguirle el juego.

Estados Unidos lo planea y lo dirige todo y los europeos le siguen el juego. Lo que les dicen, lo hacen”, dijo Lukashenko al reunirse con los trabajadores de la cooperativa agrícola Dzerzhinski.

Lukashenko denunció que en Varsovia se ha creado un “centro especial” y consideró que “no es casual” que los tanques avancen y los aviones vuelen cerca de las fronteras de Bielorrusia.

Ellos nos montaron este lío. Y Rusia tiene miedo a perdernos. Occidente decidió de alguna forma tirar de nosotros, como vemos ahora, contra Rusia”, señaló.

Según ese plan, las potencias occidentales quieren crear un “corredor Báltico-mar Negro, un corredor sanitario integrado por las tres repúblicas bálticas, nosotros y Ucrania. Nosotros somos el último eslabón”.

Durante la campaña electoral Lukashenko acusó a Rusia de apoyar a los candidatos opositores y de planes de desestabilizar la situación en Bielorrusia, pero tras el estallido de las protestas redirigió sus ataques contra países europeos, como Polonia o la República Checa.

El secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo, fue en febrero pasado el más alto cargo de su país en visitar Minsk en un cuarto de siglo, tras lo que Bielorrusia recibió dos partidas de petróleo vía marítima para llenar el vacío dejado por el crudo ruso.

Aunque mantuvo silencio los primeros días, Pompeo ha expresado su apoyo a las demandas de la oposición bielorrusa de cesar la represión policial, convocar nuevas elecciones y liberar a todos los detenidos.

Por su parte, el ministro de Exteriores bielorruso, Vladímir Makei, aseguró hoy que las sanciones de la Unión Europea contra Minsk no pueden ser vistas de otra forma que como “acciones no amistosas”.

“Y no podemos dejarlas sin respuesta”, agregó el ministro, quien llamó a las potencias occidentales a respetar la soberanía bielorrusa en conversación telefónica con su colega ruso, Serguéi Lavrov.

En su reunión con los trabajadores de la cooperativa, Lukashenko también prometió hoy solucionar en los “próximos días” la crisis que estalló desde su reelección el pasado 9 de agosto.

La situación en el país está muy politizada, pero no hay que pensar que es catastrófica. Esto es mi problema y yo debo solucionarlo. Y lo haremos. Créanme, en los próximos días los solucionaremos”, dijo.

En cuanto al llamamiento a convocar nuevas elecciones y dialogar con la oposición, Lukashenko insistió en que es "imposible falsificar un 80 % de los votos" y que sólo piensa dialogar con los trabajadores.

La Fiscalía bielorrusa advirtió hoy a los bielorrusos contra la participación en manifestaciones no autorizadas, dos días antes de que el domingo la oposición celebre otra multitudiniaria marcha en Minsk, donde el pasado domingo reunió a más de 200.000 personas.

Las autoridades bielorrusas abrieron una causa penal contra el recién creado consejo coordinador opositor para el traspaso pacífico del poder al que acusan de intentar tomar el poder.

La oposición negó que pretenda revertir el orden constitucional e insiste en que la única salida a la crisis es convocar nuevas elecciones, a las que se podría presentar también Lukashenko, en el poder desde 1994.