El primer ministro de Japón, Shinzo Abe, realizó este lunes una visita a un hospital de Tokio para realizarse un chequeo médico, lo que ha disparado las especulaciones sobre un supuesto deterioro de la salud del mandatario nipón.

El coche oficial de Abe fue captado por las cámaras de los medios locales durante su llegada hoy al Hospital Universitario de Keio, una visita que se debió a "una inspección médica regular" a la que se somete el líder durante sus vacaciones, según dijo un secretario de su Gabinete a la cadena estatal nipona NHK.

Esta noticia se ha conocido al día después de que el exministro de Economía Akira Amari, considerado muy próximo a Abe, afirmara en un programa local de televisión que el primer ministro necesitaba descansar.

Los medios japoneses recogen que Abe ha sufrido algún problema de salud reciente y que ya se había sometido a otro chequeo médico a mediados de junio, y señalan que en los últimos dos meses el primer ministro ha limitado sus comparecencias públicas a los actos para conmemorar los 75 años del final de la II Guerra Mundial.

Abe abandonó el hospital tras un reconocimiento médico que duró unas siete horas y media, y se trasladó a su domicilio privado en la capital sin contestar a las preguntas de los periodistas sobre su salud, según detalles recogidos por la agencia de noticias Kyodo.

El político conservador, de 65 años, ocupa el cargo de primer ministro desde 2012, aunque lideró antes el Ejecutivo japonés durante un breve mandato de un año al que puso fin de forma repentina en 2007 debido a una patología del sistema digestivo.

Abe se convirtió el pasado noviembre en el primer ministro nipón más duradero en el cargo, y su mandato actual se podría prolongar hasta septiembre de 2021, según establece la normativa interna de su partido.