Las elecciones de este domingo en Polonia dieron un espaldarazo a las aspiraciones del liberal Rafal Trazkowski, que pasa a la segunda vuelta el próximo 12 de julio para desafiar al ganador, el presidente ultraconservador Andrzej Duda.

Las encuestas a pie de urna del instituto Ipsos, que los medios locales dieron a conocer al cierre de los colegios electorales, le otorgan la victoria a Duda con un 41,8% de los sufragios, mientras que el candidato centrista Trzaskowski se haría con un 30,4% de los apoyos.

Al confirmarse que ninguno de ellos ha superado el 50% de los votos, los dos aspirantes tendrán que medirse una vez más en un encuentro el que, según una media de encuestas calculada por el portal Ewybory, el liberal, con un 47,3% de los votos, ganaría a su contrincante por cuatro décimas.

Trzaskowski, estrella ascendente del partido de centro liberal Plataforma Cívica (PO), se ve ahora capaz de aspirar a un éxito fuera de todo pronóstico un mes atrás, cuando el Gobierno se vio forzado a aplazar las elecciones, previstas originalmente para el 10 de mayo, a causa del coronavirus.

La participación, del 62.9% según las encuestas a pie de urna, contrasta con las presidenciales de 2015, en las que votó solo el 50% del censo, y apunta a una movilización del electorado descontento con la deriva autoritaria del Partido de la Ley y la Justicia (PiS), al que es cercano Duda.

A pesar de que los politólogos consideran que una elevada participación, sobre todo en zonas urbanas, es perjudicial para los ultraconservadores, Duda mejoraría su resultado de 2015, cuando obtuvo un 34,7% de los sufragios.

Por ello, según dejan entrever las encuestas, el factor decisivo será el comportamiento de los partidarios de los otros nueve candidatos a la presidencia que quedaron eliminados en esta primera ronda.

El inicio del cambio

En las legislativas de 2019 el PiS perdió el control del Senado (la cámara alta del parlamento), por lo que la conquista de la presidencia por parte de la oposición supondría un segundo golpe para un partido que, según los analistas, no está acostumbrado al compromiso.

En el sistema semi-presidencial polaco, el jefe del estado tiene la capacidad de vetar la aprobación de leyes que sean manifiestamente contrarias al estado de derecho y también desempeña un papel importante en el nombramiento de cargos relevantes para el Estado.

En este papel, Trzaskowski por lo tanto podría poner coto a los intentos del PiS de ejercer un control sin trabas sobre todas las instituciones.

Sin embargo, Krzysztof Bobinski, analista y miembro de la Junta de la Asociación de Periodistas, es cauteloso. En declaraciones a Efe, admite que el liberal "tiene posibilidades", pero todo depende de cómo evolucione el voto útil de cara a la segunda vuelta.

De producirse, su victoria supondría el fin de la "situación de lujo" en la que se ha visto el Gobierno del PiS durante los últimos cinco años, señala Bobinski, que cree que la reacción de éste sería atacar de forma "despiadada" al presidente a través de su "maquinaria de propaganda".

"Nos enfrentamos a una situación seria, porque tenemos una sociedad dividida, dividida al cincuenta por ciento, en la que una mitad no cree en este Gobierno y la otra mitad odia a la primera", tercia este excorresponsal del "Financial Times".

Una sociedad polarizada

Al presidente Duda le apadrina el hombre fuerte del PiS Jaroslaw Kaczynski, hasta el punto de que sus detractores le llaman "el bolígrafo de Kaczynski", ya que según ellos se limita a firmar las órdenes del líder del partido ultraconservador.

Con una retórica nacionalista aunque no euroescéptica, Duda se sitúa en la órbita de los Cuatro de Visegrado, estados comunitarios que como Hungría rechazan lo que consideran injerencias de Bruselas en cuestiones internas, como la relación entre gobierno e instituciones.

Los votantes del presidente, sin embargo, no aprecian solamente su perfil de buen católico y hombre de familia, sino que destacan las medidas sociales aprobadas bajo su mandato como los subsidios por hijo, la subida del salario mínimo o el adelanto de la edad de jubilación.

Trzaskowski, por el contrario, cuenta con el respaldo del centro-liberal que encabezó en su día el exprimer ministro y expresidente del Consejo Europeo, Donald Tusk.

El actual alcalde de Varsovia pretende representar a la sociedad moderna y tolerante y sus partidarios le ven como el único con la posibilidad de poner fin a los desmanes del PiS y a las reformas que han ido erosionando el estado de derecho.

A pesar de que el liberalismo económico del que la PO hizo gala en el pasado causa un cierto escepticismo en el centro-izquierda, en una campaña que se ha centrado en los valores y las libertades, Trzaskowski emerge como antítesis de Duda en lo que se refiere a estos aspectos.

Así, mientras que el ultraconservador ha cargado contra la "ideología LGTB", que concibe como amenaza a la familia tradicional, el alcalde de Varsovia firmó el año pasado una declaración anti-discriminación y defiende que los homosexuales puedan formar parejas de hecho en Polonia.