La Unión Europea y Japón han señalado este martes en la videoconferencia de líderes su apuesta por "reformar" instituciones internacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS) para que funcionen con más transparencia.

"Estamos de acuerdo en trabajar juntos para reformar algunas instituciones internacionales, la OMS es una organización importante y se debe hacer una evaluación y ver qué lecciones extraemos para el futuro", ha señalado en rueda de prensa el presidente del Consejo, Charles Michel, tras el encuentro que ha reunido también a la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, con el primer ministro japonés, Shinzo Abe.

Según el político belga, resulta clave "dar claridad" a la institución y sacar un aprendizaje de la situación vivida con el coronavirus, aunque en todo caso propone hacer este ejercicio más adelante, ya que la crisis sanitaria continúa activa.

En el contexto del coronavirus, la OMS ha sido objeto de críticas por parte de potencias como Estados Unidos, que directamente decidió retirar su aportación a la organización, a la que acusa de beneficiar a China. Hasta ahora la UE había expresado su defensa a ultranza de la organización, llegando a comprometerse a aumentar su aportación tras la retirada abrupta de Estados Unidos.

Sin llegar a la beligerancia estadounidense, otros países asiáticos como Japón habían expresado la necesidad de revisar el funcionamiento de la organización. "Tenemos que apoyar firmemente a la OMS pero es cierto que tiene ciertos problemas y asuntos que tratar", aseguró el 'premier' nipón hace unas semanas.

Defensa del orden multilateral

Además de alinear posiciones en la respuesta frente al coronavirus, la videoconferencia ha servido para reforzar la relación entre Bruselas y Tokio, dos socios que suman un tercio del comercio mundial y que en la actualidad son los principales valedores del sistema multilateral, ante la creciente rivalidad entre Washington y Pekín. Según ha valorado Michel, la UE y Japón comparten la defensa del Estado de Derecho, la democracia y la convicción de que "los desafíos globales requieren respuestas globales".

Por ello, en la capital comunitaria ven de vital importancia la próxima cita del G7, prevista en Estados Unidos, en la que esperan que se dé una imagen de unidad, se obtenga un compromiso para una estrategia ambiciosa de recuperación económica y se logre un enfoque común para el acceso a las vacunas por el coronavirus. "Hay que evitar una competencia negativa entre países por la vacuna, eso sería perjudicial para los ciudadanos", ha señalado el presidente del Consejo a este respecto, en su apuesta por que la vacuna sea un "bien común".

Desinformación china

Los líderes también han tratado el fenómeno de las campañas de desinformación que usan la crisis del coronavirus para atacar las instituciones democráticas, un asunto que inevitablemente lleva el foco hacia China.

"No somos 'naifs', conocemos el papel de China. Tenemos que cooperar con Pekín aunque no estemos de acuerdo en muchos temas. Es esencial para nosotros promover nuestros valores y defender nuestros intereses", ha indicado el presidente del Consejo ante las preguntas sobre el papel de China en estas campañas, alegando que el bloque europeo y Tokio trabajarán coordinados para combatir la desinformación.

Así se recoge en el comunicado conjunto tras la reunión, en él Michel y Abe han reiterado su compromiso para contrarrestar las campañas de desinformación basándose en la libertad de expresión y el Estado de Derecho. "El acceso a información transparente, oportuna, fiable y basada en hechos es crucial para una respuesta global efectiva a la pandemia", ha insistido el texto.

Igualmente, coinciden en su preocupación de que la crisis sanitaria pueda exacerbar conflictos geopolíticos, "La expansión del virus puede escalar algunos conflictos regionales y hace más difícil proteger a la población civil", ha señalado el comunicado, reiterando la petición del secretario general de la ONU, Antonio Guterres, a un alto el fuego global.