El noroeste de Francia a partir del próximo lunes, cuando comenzará la desescalada del confinamiento, iniciado hace dos meses para frenar la pandemia de coronavirus.

El primer ministro, Édouard Philippe, reveló este jueves "una Francia dividida en dos" en función de la incidencia de la COVID-19 y la capacidad sanitaria para afrontar la pandemia, y que servirá como herramienta para adaptarse a una situación sanitaria "evolutiva".

El Gobierno, que reevaluará la situación en tres semanas, consideró que la situación ha mejorado en el país, que roza los 138.000 contagios y los 26.000 muertos, pero animó a mantener la prudencia, sobre todo en los departamentos más afectados.

Aunque señaló que la batalla contra la COVID-19, Philippe consideró imprescindible recuperar progresivamente la vida económica del país, siguiendo la estrategia ya desvelada, con test masivos a todo paciente que presente síntomas y a las personas con las que haya tenido contacto.

En las regiones del norte y el este, Borgoña y París y, aunque ya no será necesaria una declaración jurada para salir de casa, el Ejecutivo recomienda limitar al máximo los desplazamientos.

En la isla de Mayotte, situada al norte de Madagascar, el Gobierno ha decidido mantener el confinamiento de la población, ante la evolución al alza del virus.

Mascarilla y transporte

Philippe señaló que en la región de París los contagios, por lo que fue incluida entre aquellas en las que la desescalada será más lenta.

Por eso, la mascarilla, que en hora punta estarán reservados para quienes tengan que hacer desplazamientos imprescindibles. Aquellos que incumplan estas medidas se enfrentarán a multas de 135 euros.

En todo el territorio seguirán prohibidas las reuniones de más de diez personas, se mantiene la recomendación de higiene y distancia social y se propone limitar los desplazamientos.

Para los viajes de más de 100 kilómetros entre diferentes departamentos será necesaria una declaración jurada y quedarán limitados a casos justificados, mientras que el cierre de fronteras se mantendrá hasta el 15 de junio.

Se mantienen cerradas las playas y lugares de baño, aunque podrán reabrirse a petición de alcaldes y siempre que se cumplan ciertas reglas de distancia social.

Se limitará la oferta de transportes ferroviarios para reducir los movimientos de la población, y los comercios abrirán con medidas de control e higiene, con excepción de bares y restaurantes, que no podrán hacerlo antes de tres semanas en los departamentos con mejor situación.

En total, abrirán unas 400.000 empresas que representan unos 875.000 empleos, al tiempo que lo harán más del 80 % de los colegios del país para acoger a un millón de alumnos y a unos 130.000 maestros, aunque también con medidas de control estrictas y con menos de 15 niños por clase.

Desescalada reversible

La desescalada proseguirá si dentro de tres semanas la situación sanitaria continúa mejorando, pero el Gobierno no descarta volver a confinar a la población en caso contrario.

Philippe hizo un llamamiento particular a la vigilancia a ancianos y a personas vulnerables, a quienes aseguró que no se les limitarán los movimientos por ley, pero apeló a su "sentido de la responsabilidad" para extremar la prudencia.

En este sentido, el ministro de Sanidad, Olivier Véran, indicó que los ancianos que están en residencias de la tercera edad permanecerán confinados, al tiempo que anunció una prima de al menos 1.000 euros para su personal, similar a la que ya anunció para los sanitarios.

Véran señaló que el país está en disposición de efectuar todos los test que sean necesarios y aseguró que el dispositivo de seguimiento de los enfermos está listo para empezar a funcionar el próximo lunes.