El Gobierno francés anunció este lunes que movilizará a más de 100.000 policías y gendarmes para hacer cumplir desde este martes las medidas de confinamiento decretadas para frenar el avance del coronavirus en el país.

Esos agentes podrán imponer multas de hasta 135 euros a quienes no respeten la consigna de quedarse en casa a no ser que sea por motivos laborales, sanitarios, alimenticios y, en casos excepcionales, familiares.

Todos los ciudadanos deberán justificar los desplazamientos con un certificado que podrán descargarse en internet o hacer a mano si no disponen de impresora, indicó el ministro del Interior, Christophe Castaner.

"Nuestro objetivo no es sancionar, pero si debemos sancionar lo haremos. Queremos que todo el mundo asuma su responsabilidad", dijo en una declaración televisada. Poco antes, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, había anunciado que la limitación de los desplazamientos entrará en vigor este martes a partir de las 12.00 hora local (11.00 GMT) y durante 15 días, que pueden prorrogarse.

Entre las excepciones se incluye visitar a familiares dependientes o pasear al perro. El aumento de las restricciones se produce en un momento en que las últimas cifras oficiales evidencian el avance del coronavirus en el país: en 24 horas ha habido 1.210 nuevos casos y 21 muertos, lo que eleva el balance a 6.633 contagios y 148 fallecimientos.

Esta situación ha conducido al aplazamiento de la segunda ronda de las elecciones municipales, prevista inicialmente para el 22 de marzo, después de la celebración de la primera este pasado domingo, en la que la abstención fue histórica y superó el 50%.

Castaner señaló que los resultados de la primera vuelta serán respetados, tanto en los 30.000 municipios que ya pueden elegir alcalde como en los cerca de 5.000 en los que será necesaria la segunda vuelta, al no haber alcanzado una mayoría absoluta.

Un proyecto de ley examinado esta semana organizará esos próximos comicios, que el ministro del Interior deseó que puedan tener lugar "como muy tarde en junio".

"Estamos en guerra"

"Nuestros viajes se reducirán considerablemente. Ya no se permitirán reuniones al aire libre y no podremos estar con nuestros amigos. Se trata de limitar los contactos en la medida de lo posible", explicó Macron en un mensaje a la nación.

"En todo el territorio francés solo se deben realizar los desplazamientos necesarios, para comprar, respetando las distancias, para recibir tratamiento médico, para ir a trabajar (...) Todas las empresas deben organizarse para facilitar el trabajo en remoto y cuando ello no sea posible, tendrán que adaptar su organización", añadió, al tiempo que advirtió de que "cualquier incumplimiento será penalizado".

Macron destacó que la decisión ha sido por "acuerdo unánime" con los líderes de los partidos políticos. "Estamos en guerra, en una guerra de salud, por supuesto, pero el enemigo está aquí, invisible, esquivo", arengó. En respuesta, Macron se propuso luchar "día y noche" contra la epidemia. Para hacerlo "todas las reformas se suspenden, comenzando por la reforma de las pensiones".