Bélgica ha acordado medidas drásticas para frenar la propagación del coronavirus, incluidos el cierre de restaurantes, bares y discotecas y la cancelación de actividades recreativas, deportivas y culturales, así como la suspensión de las clases en escuelas, aunque no su cierre.

Las medidas, decididas en la noche del jueves y que excluyen a los hoteles, se aplicarán hasta el próximo 3 de abril.

Las tiendas como supermercados y farmacias permanecerán abiertas durante toda la semana incluidos sábados y domingos, mientras que el resto de comercios abrirá de lunes a viernes.

En los colegios, el Gobierno belga ha decidido mantener un servicio de acogida para los niños con familias que no tengan opción de cuidarlos, medida destinada a facilitar que trabaje el personal sanitario con hijos y a evitar que los abuelos, que se encuentran entre la población más vulnerable al virus, tengan que hacerse cargo de los nietos.

Las guarderías se mantendrán abiertas.

Dado que a partir del 6 de abril comienzan las vacaciones de Semana Santa, los niños no retomarán las clases en principio hasta el 20 de abril.

"Queremos evitar situaciones como la de Italia", dijo la primera ministra belga en funciones, Sophie Wilmès, al anunciar las medidas acordadas a nivel federal.

Bélgica, que cuenta con 11,4 millones de habitantes, tenía hasta el jueves 12 de marzo 399 casos de coronavirus.

Tres personas, de 90, 73 y 86 años, han fallecido hasta la fecha en en este país como consecuencia del COVID-19.