Irán y Estados Unidos efectuaron este sábado un intercambio de dos prisioneros que llevaban detenidos desde 2016 y 2018 en los respectivos países, en un movimiento sorprendente debido a la actualmente elevada tensión bilateral.

Los liberados son el científico iraní Masud Soleimaní, acusado el año pasado en EEUU de intentar exportar material biológico a Irán, y el investigador estadounidense , arrestado en 2016 en el país persa y condenado por espionaje.

El primero en anunciar la noticia fue el ministro iraní de Exteriores, Mohamad Yavad Zarif, quien en abril pasado ya reveló que había propuesto a Washington un intercambio de prisioneros.

"Contento de que el profesor Masud Soleimaní y el señor Xiyue Wang se unan a sus familias en breve", dijo en Twitter Zarif, quien publicó un par de fotografías junto al científico iraní en un avión oficial de la República Islámica con la frase "de camino a casa".

Poco después, el presidente estadounidense, Donald Trump, se congratuló en un comunicado por la liberación de Wang, cuya esposa, Hua Qu, expresó también su alegría porque su familia "está completa otra vez".

Suiza como mediador

El jefe de la diplomacia iraní agradeció "a todos los involucrados" en este proceso de liberación, en especial el Gobierno de Suiza, país al que acudió a recoger a Soleimaní, según la agencia oficial IRNA.

La Embajada suiza en Teherán representa los intereses de EEUU en Irán ya que ambos países no mantienen relaciones diplomáticas desde abril de 1980, cuando Washington decidió cortarlas tras la toma de su embajada en la capital iraní y de 52 de sus diplomáticos como rehenes durante 444 días.

"Agradecemos a nuestros socios suizos la ayuda para negociar con Irán la liberación del señor Wang", subrayó por su parte el mandatario estadounidense.

Trump no se refirió a Soleimaní, como tampoco hizo el secretario de Estado de EEUU, Mike Pompeo, quien se limitó a asegurar que Washington se siente "complacido" por el comportamiento "constructivo" de Teherán.

La esposa de Wang dio las gracias a "todos los que ayudaron a que esto pudiera suceder": "Nuestro hijo Shaofan y yo hemos esperado mucho tiempo para este día y es difícil expresar en palabras lo felices que estamos por reunirnos con Xiyue", indicó.

Fin a años de cautiverio

Wang, de origen chino, fue detenido en agosto de 2016 en Irán y condenado a diez años de cárcel por "colaborar con gobiernos extranjeros" ya que, según Teherán, buscaba infiltrarse en instituciones de investigación para obtener información clasificada del país.

Un informe publicado en su momento por el Poder Judicial iraní detalló que Wang archivó digitalmente 4.500 páginas de documentos y estaba asociado con un centro de estudios sobre Irán y el golfo Pérsico de la Universidad Princeton de EEUU.

En cuanto a Soleimaní, un científico iraní especializado en la investigación con células madre, fue detenido en el aeropuerto de Chicago el año pasado y se encontraba en una cárcel de Atlanta (Georgia) a la espera de ser juzgado.

La justicia estadounidense acusó al científico iraní de haber intentado llevar a Irán unos químicos destinados a hacer crecer células, una acción que, según el Departamento del Tesoro de EEUU, estaba prohibida debido a las sanciones de Washington sobre Teherán.

Desde Irán denunciaron que el arresto de Soleimaní fue una maniobra para presionar para la liberación de Wang, pero la misma República Islámica usa a los encarcelados extranjeros o iraníes con doble nacionalidad, principalmente estadounidense y británica, como una palanca de presión frente a esos países.

La propuesta iraní de un intercambio de presos

Zarif anunció en abril pasado durante un acto en Nueva York que su país había propuesto un posible intercambio de prisioneros a EEUU seis meses antes pero que todavía no había recibido una respuesta.

"Pongo esta oferta sobre la mesa públicamente ahora", dijo el ministro, que se declaró preparado para hacer ese intercambio de forma inmediata y señaló que tanto Irán como EEUU creen que los cargos contra sus ciudadanos son "falsos".

Los estadounidenses presos, entre los que figura el veterano de la Armada estadounidense Michael R. White, están acusados en general de espionaje, mientras que los numerosos iraníes encarcelados en EEUU cumplen condena por violar las sanciones de ese país contra Irán.

Por su parte, Trump insistió este sábado en que "liberar a los estadounidenses que han estado cautivos es de vital importancia" para su Administración y que continuarán trabajando "arduamente para traer a casa a todos los estadounidenses que han sido detenidos injustamente en el extranjero".

Este intercambio de presos se produce en un momento de gran tensión entre Teherán y Washington debido principalmente a las sanciones impuestas por EEUU contra Irán tras retirarse de modo unilateral del acuerdo nuclear de 2015.

Ambos países han protagonizado una serie de incidentes en el golfo Pérsico y se han vuelto a enzarzar en acusaciones con motivo de las recientes protestas en Irán, en las que Washington ha denunciado la muerte de más de mil manifestantes y Teherán lo ha responsabilizado de instigar los disturbios.