Las imágenes captadas por los medios franceses revelan importantes daños materiales tanto en la calle como en la fachada y el interior del edificio que albergaba el local.

Un radio de 500 metros en torno a la calle Trévise, donde se halla la panadería, ha sido acordonado por la policía, lo que ha obligado a cortar los Grandes Bulevares y algunas de las calles más concurridas por los turistas de París.