El cardenal Philippe Barbarin declaró este lunes que "nunca" encubrió ni fue su intención "esconder esos horribles" actos de pederastia realizados por un sacerdote en su diócesis, en el comienzo del juicio contra él y otros cinco acusados en Lyon (este de Francia).

"Nunca quise esconder, y aún menos encubrir, esos horribles hechos", señaló ante el tribunal el cardenal y arzobispo de Lyon, la más alta autoridad de la Iglesia católica procesada en Francia en relación con casos de abusos a menores. Barbarin, además, se disculpó por algunas de sus afirmaciones públicas de los últimos años.

"No tengo nada más que declarar. No he sabido siempre utilizar las palabras más correctas. Lo que digo hoy viene de lo más profundo de mi corazón y mi fe", señaló Barbarin, en una declaración leída al inicio de su comparecencia.

En los últimos años, algunas de sus palabras han desatado la polémica, como en 2016 durante un encuentro de obispos en Lourdes (sur de Francia), donde dijo que, "gracias a Dios", la mayoría de los abusos sexuales contra menores había prescrito.

Barbarin, de 68 años, comparece desde hoy ante el Tribunal Correccional de Lyon por supuestamente ocultar los abusos cometidos hace más de veinticinco años por el cura pederasta Bernard Preynat, al que mantuvo a cargo de una parroquia en su diócesis.

Según la versión del cardenal, hasta 2014, cuando se reunió formalmente con una de las víctimas, no tuvo constancia real de los hechos. En ese momento, comunicó lo que sabía al Vaticano, que en enero de 2015 le dijo que tenía que apartar a Preynat de su parroquia, lo cual no hizo hasta agosto de ese año.

Al frente de la archidiócesis de Lyon desde 2002, fue interrogado también en 2015 en la instrucción por abuso de menores contra Preynat, quien en el proceso aseguró que sus superiores jerárquicos estaban al tanto de sus inclinaciones sexuales por niños y que tras el juicio fue encarcelado.

Barbarin explicó hoy que conoció a Preynat cuando llegó a la diócesis en 2002, sin que sus antecesores le hubieran transmitido información oficial alguna.

"¿En qué momento escuché los rumores? No sabría decirlo. No es una pregunta que hiciese al llegar. Abrí su dossier después, pero no sabría decir cuándo. Isabelle de Gaylmyn, del periódico 'La Croix', me lo había comentado. ¿Fue en 2007, en 2008? O a lo mejor fue en 2004", respondió el acusado, según el diario local "Le Progrès".

De acuerdo con este rotativo, Barbarin dijo que actuó en 2015 siguiendo órdenes del Vaticano para evitar un escándalo público con los fieles.

En el proceso están encausados otros cinco responsables eclesiásticos a los que se le reprocha el mismo silencio, por el que podrían ser condenados hasta a cinco años de cárcel y a una multa de 75.000 euros.

La acusación pidió también la comparecencia del cardenal español Luis Ladaria Ferrer, prefecto de la Congregación de la Doctrina de la Fe, al que Barbarin acudió para pedir consejo, pero el Vaticano rechazó el pasado mes de septiembre su asistencia alegando impunidad diplomática.

En un correo, revelado entonces por la prensa francesa, Ladaria recomendó al cardenal tomar "las medidas disciplinarias adecuadas evitando el escándalo público", algo que la acusación interpreta como un llamamiento a no acudir a la Justicia.

Nueve víctimas de Preynat le denunciaron en 2015 y constituyeron la asociación de denuncia "La parole libérée", que logró mediatizar el caso y establecer un listado de más de 70 presuntas víctimas del cura.

Un año más tarde, atacaron a Barbarin por silenciar los hechos, pero la Fiscalía archivó el caso al considerar que los actos -cometidos entre 1970 y 1990- habían prescrito y no había pruebas concluyentes.

Sin embargo, "La parole libérée" no se resignó, consiguió reabrir el caso y, tras varias peripecias judiciales y aplazamientos, logró obligar a que los seis encausados tengan que responder por esos delitos.

La acusación, que ha compartido sus dudas sobre una eventual sentencia condenatoria contra el cardenal, espera que la cuestión abra un debate jurídico sobre el silencio en el seno de la Iglesia en los casos de pederastia.

En Francia, dos obispos han sido ya condenados a penas de cárcel exentas de cumplimiento por haber ocultado los comportamientos pederastas de curas que tenían a su cargo: el obispo de Bayeux en 2001, a tres meses, y el antiguo obispo de Orléans, en noviembre de 2018, a ocho meses.