El autor del atropello en una céntrica calle peatonal de Tokio en la noche de Año Nuevo que causó 9 heridos, uno de los cuales se encuentra en estado crítico, planeó originalmente rociar con queroseno y quemar a la multitud concentrada en un popular santuario cercano.

La policía halló 20 litros de queroseno y una máquina de las que se emplean para limpiar la suciedad de superficies como suelos, fachadas o vehículos usando agua a alta presión en el interior del vehículo empleado por el detenido, Kazuhiro Kusakabe, de 21 años.

"Planeé prender fuego esparciendo queroseno con la hidrolimpiadora sobre la multitud en el santuario Meiji", dijo Kusakabe a los investigadores, según revelaron hoy fuentes policiales al diario japonés Asahi.

El santuario Meiji, en el distrito tokiota de Shibuya, es uno de los destinos más populares de la capital para las visitas del día de Año Nuevo, en el que los nipones acuden en masa desde la medianoche a templos y santuarios para rezar y pedir por un buen año.

El joven pretendía entrar con el vehículo en el santuario Meiji, cerca de donde se produjo finalmente el atropello, pero no pudo hacerlo por los cortes de tráfico debidos a la afluencia de visitantes.

La policía cree que Kusakabe, que conducía un vehículo alquilado en la ciudad de Osaka (oeste), cambió entonces de plan y entró en la cercana calle Takeshita por un hueco de la barricada policial de la calle peatonal, cerrada al tráfico por las celebraciones.

Tras recorrer unos 140 metros hiriendo a ocho personas, una de ellas un universitario de 19 años que está en estado crítico, el vehículo se estrelló contra un edificio y Kusakabe salió corriendo, hiriendo de levedad a una novena persona.

Los hechos se produjeron diez minutos después de la entrada en 2019.

Cuando fue capturado 20 minutos después en el parque Yoyogi, las ropas de Kusakabe estaban empapadas en queroseno, detalló Asahi.

Sobre su motivación, el joven dijo a la policía que había llegado a Tokio para cometer un "ataque terrorista" en represalia "contra el sistema de pena de muerte" vigente en Japón.

La policía metropolitana de Tokio está investigando los detalles de esta alegación y tratando de clarificar los motivos del autor.