La erupción del Anak Krakatoa, 'hijo' del legendario volcán indonesio Krakatoa, provocó anoche un tsunami en el estrecho que separa a las islas de Sumatra y de Java con una cifra provisional de 222 muertos, 28 desaparecidos y 843 heridos.

El Anak Krakatoa, con poco más de 300 metros de altura y con un cráter lateral, se encuentra en una isla de forma cónica deshabitada y que sirve de atracción turística en el estrecho de Sonda.

El volcán, uno de los 127 en activo en Indonesia -nación asentada sobre el "Anillo de Fuego del Pacífico"-, expulsó ayer una columna de humo hasta medio kilómetro de su cumbre, junto a roca y ríos de magma.

La erupción pudo crear un corrimiento de tierra submarino que a su vez ocasionó un maremoto -con olas de hasta 2 metros de altura, según los expertos indonesios- que arrasó las costas del país.

A la actividad volcánica no le acompañó un fuerte movimiento sísmico, por lo cual el sistema de alarmas de emergencia y el tsunami cogió desprevenidos a centenares de personas en las playas.

Según expertos vulcanólogos, el Anak Krakatau -cuya traducción al español es "hijo del Krakatoa"- se había mostrado particularmente activo desde junio con frecuentes columnas de humo y ceniza y en octubre un barco turístico estuvo cerca de ser golpeado por rocas volcánicas.

Descubierto en 1927, el Anak Krakatoa emergió de las aguas más de medio siglo después de la gran erupción del legendario Krakatoa, cuya caldera quedó derruida en 1883 tras una serie de masivas explosiones que costó la vida de más de 36.000 personas y cuyos efectos se sintieron alrededor del mundo durante semanas.

El 26 de agosto de 1883, tras meses de frenética actividad volcánica, el Krakatoa sufrió cuatro enormes explosiones -acompañadas cada una por enormes tsunamis- que provocaron el desplome de la mitad de la isla.

Según los registros históricos, la explosiones fueron tan violentas que se escucharon a 5.000 kilómetros de distancia y la ceniza llegó a los 80 kilómetros de altura.

13.000 veces la bomba de Hiroshima

Otros datos aseguran que las erupciones fueron similares a una bomba de 200 megatones, lo que equivale a 13.000 veces la bomba nuclear lanzada contra la ciudad japonesa de Hiroshima durante la Segunda Guerra Mundial.

Un año después del estallido del Krakatoa las temperaturas mundiales bajaron algo más que un grado.

Se estima también que las olas gigantes de 1883 destruyeron casi 300 poblaciones y causaron la muerte de 36.417 personas.

Tras décadas de erupciones volcánicas submarinas surgió en el mismo lugar en 1927 el Anak Krakatau, que continúa su crecimiento a razón de unos 5 metros por año.