La Comisión Europea está más cerca de abrir un procedimiento por exceso de déficit a Italiadéficit a Italia, que podría conllevar sanciones al país, después de que el Gobierno de Roma le remitiese ayer un plan presupuestario revisado para 2019 sin apenas cambios con respecto al rechazado por Bruselas.

En octubre la Comisión había pedido a Roma un borrador presupuestario revisado tras constatar que las cuentas del Gobierno italiano suponían un incumplimiento claro y significativo de las normas comunitarias, al no acometer el ajuste estructural y la reducción de deuda pública pactados.

Sin embargo, el Ejecutivo del antisistema Movimiento 5 Estrellas y la ultraderechista Liga se mantuvo ayer firme en la defensa de unas cuentas que considera necesarias para relanzar el crecimiento y envió un borrador que mantiene la cifra de déficit para 2019 en el 2,4 %, tres veces más de lo pactado.

Como cambios, introduce el compromiso de no rebasar esa cota, así como un programa de venta de inmuebles públicos con el que podría recaudar unos 18.000 millones de euros para reducir más su deuda.

La Comisión evaluará ahora el nuevo documento y el próximo 21 de noviembre dará su opinión definitiva sobre las cuentas.

En caso de que confirme que persiste el incumplimiento, Italia se enfrenta a la apertura de un procedimiento por exceso de déficit que contempla, en última instancia, la posibilidad de imponer sanciones de entre el 0,2 % y el 0,5 % del PIB italiano (entre 3.450 millones de euros y 8.625 millones, aproximadamente).

Aunque el procedimiento para ello es largo, los Gobiernos de Holanda y Austria han señalado ya hoy que estarían a favor de avanzar hacia el proceso sancionador.

"Si Italia no actúa, Austria estaría preparada para apoyar un posible procedimiento por déficit excesivo", dijo el ministro de Finanzas austríaco, Hartwig Löger, insistiendo en que no se trata de un problema interno italiano sino de uno "europeo", según recoge la prensa austríaca.

"Este presupuesto es una violación del Pacto de Estabilidad y Crecimiento. Estoy profundamente preocupado. Ahora depende de la Comisión Europea dar los próximos pasos", dijo su homólogo holandés, Wopje Hoekstra, quien subrayó que es "poco sorprendente, pero muy decepcionante", que Italia no haya ajustado su plan.

La pelota está ahora en el tejado de la Comisión, que debe hacer la evaluación del nuevo borrador presupuestario y además completar el informe sobre la situación de la deuda pública italiana, que es imprescindible para decidir si hay base para un procedimiento.

Contrariamente al descenso previsto por Roma, la Comisión cree que la deuda de la tercera economía del euro se estancará en el actual 131 % del PIB en 2019 y 2020, lejos del umbral del 60 % que fijan las normas.

La evaluación se conocerá el día 21 y el informe podría llegar también la próxima semana, aunque aún no hay fecha concreta. Después tienen que ser respaldados por el Consejo de la UE (los países), que hasta ahora ha apoyado la postura de la Comisión en este caso.

Si se confirma el incumplimiento, algo plausible dada la escasez de cambios en las cuentas, la Comisión podría abrir -con el beneplácito del Consejo- el procedimiento por exceso de déficit.

Bruselas daría entonces a Roma un plazo de entre tres y seis meses para tomar medidas correctivas y le fijaría objetivos concretos.

Solo si el Gobierno italiano no reconduce la situación en el periodo previsto, la Comisión podría, ya entrado 2019, proponer sanciones, que pueden consistir en las citadas multas económicas, la congelación de fondos estructurales europeos o la demanda de un depósito sin devengo de intereses hasta que corrija el desvío, entre otras medidas.

Aunque es la primera vez que Bruselas rechaza un presupuesto, los procedimientos por exceso de déficit son relativamente habituales en la UE, especialmente durante la crisis financiera.

De hecho, en 2016 Bruselas propuso multar a España y Portugal tras constatar que no habían tomado medidas para reducir sus abultados déficit, pero finalmente ambos se libraron.

Sin embargo, la situación difiere de la de entonces en el tono del debate entre el Ejecutivo comunitario y el Gobierno de Roma, que reivindica el desvío, se muestra desafiante y en los últimos días ha descalificado a los representantes de la Comisión, especialmente por boca del vicepresidente Matteo Salvini.

Este afirmó ya hoy que las posibles sanciones irían contra "el pueblo italiano".