El ultraderechista Jair Bolsonaro ganó hoy las elecciones presidenciales en Brasil con un 55,13 % de los votos válidos y sucederá al mandatario Michel Temer el próximo 1 de enero, para gobernar el país hasta 2022, tras haber concluido el 100 % del escrutinio.

De acuerdo a los resultados oficiales, Fernando Haddad, el candidato que sucedió al encarcelado expresidente Luiz Inácio Lula da Silva como candidato del Partido de los Trabajadores (PT), obtuvo un 44,87 % de los votos válidos.

El ultraderechista, aspirante por el Partido Social Liberal (PSL) y un polémico candidato por su defensa de la dictadura militar (1964-1985) y por sus declaraciones consideradas racistas, machistas y homófobas, confirmó su favoritismo y consiguió una votación ligeramente superior a la pronosticada por los últimos sondeos.

Jair Bolsonaro gobernará hasta 2022 y, pese al verbo provocador que marcó su campaña, se mostró conciliador tras la victoria y prometió apego a la Constitución.

"Mi Gobierno será defensor de la Constitución, de la democracia y de la libertad. No es la promesa de un partido, es un juramento a Dios", afirmó Bolsonaro tras confirmarse su victoria.

"Lo que ocurrió en las urnas no fue la victoria de un partido, sino la celebración de un país por la libertad", subrayó Bolsonaro, tras una oración rezada por el senador y pastor evangelista Magno Malta, uno de sus más estrechos colaboradores, quien agradeció a Dios por "librar" a Brasil de los "tentáculos de la izquierda".

Bolsonaro, el Trump brasileño

Bolsonaro, el Trump brasileño

Bolsonaro, el Trump brasileño. Vídeo: ATLAS

En el mismo tono, Bolsonaro citó un pasaje bíblico que fue de los lemas de su campaña. "Juan 8:32: 'Conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres'", declaró, para luego agregar que su Gobierno, que asumirá el 1 de enero de 2019, "será para crear un nuevo futuro para los brasileños".

Prometió "estimular las inversiones", "eliminar lo mas rápido posible el déficit público" y reducir el tamaño del Estado, a fin de dar libertades plenas a la iniciativa privada, la cual cree que debe ser el verdadero motor de la economía.

Garantizó que su política exterior acabará con las "tendencias ideológicas", acercará a Brasil a los países más desarrollados y recuperará el "respeto internacional".

Esta vez, dejó de lado el verbo agresivo de la campaña, en la que generó numerosas polémicas con su defensa de la última dictadura (1964-1985) y declaraciones consideradas machistas, racistas y homofóbicas por organismos de derechos humanos.

De hecho, hoy mismo, una vez confirmada su victoria, Amnistía Internacional (AI) y Human Right Watch (HRW) difundieron sendas notas en las que le exigieron respeto a los derechos fundamentales de los brasileños, al tiempo que Greenpeace le subrayó la necesidad de proteger la Amazonía en otro comunicado.

Más tarde, mediante las redes sociales, Bolsonaro bajó todavía más el tono, se comprometió a "buscar pacificar al país" y pidió "acabar con eso de ellos contra nosotros y nosotros contra ellos. Vamos a unirnos todos en un solo Brasil", expresó.

Bolsonaro hizo su primer pronunciamiento desde su residencia en Río de Janeiro, donde permaneció las últimas semanas, tras haber sido dado de alta en un hospital en el que estuvo 23 días después de ser acuchillado durante un mitin el pasado 6 de septiembre.

Como otras veces, agradeció a los médicos que le "salvaron" y dijo que haber sobrevivido a ese ataque supone para él que presidir era "una misión encomendada por Dios".

Frente a la residencia, igual que en muchas ciudades del país, cientos de sus seguidores tomaron las calles para celebraciones que transcurrieron casi sin incidentes, pese a la alta polarización que generó la campaña entre la sociedad.

Los seguidores de Bolsonaro celebran la victoria

Haddad, quien hace poco más de un mes sustituyó como candidato del PT a Luiz Inácio Lula da Silva, en la cárcel por corrupción, se comprometió a defender los derechos de los más de 46 millones de personas que le votaron, que "divergen de la mayoría y merecen respeto".

Aseguró que mantendrá una oposición seria y responsable, y volvió a afirmar que Bolsonaro puede ser un riesgo para la democracia, que fue una de sus principales afirmaciones durante la campaña.

En ese marco, ante unos pocos cientos de seguidores, encabezó un minuto de silencio "por el luto y la lucha por la retomada de la democracia", que fue roto por un coro que prometió "resistencia".

El actual mandatario brasileño, Michel Temer, quien le entregará el poder el 1 de enero, se comunicó con el presidente electo y dijo haber percibido que se propone gobernar el país "con paz y armonía".

También le ofreció una transición "tranquila" y dijo que a partir de este lunes pondrá a su disposición toda la información del Gobierno, sobre aquello que "se hizo" y sobre lo que considera que "aún falta" por hacer.

Según Temer, "el pueblo hoy ejerció su poder, porque cuando se cita a unas elecciones el pueblo ejerce un poder que es suyo, que es el de decidir quién dirigirá el país", y "lo hizo con toda tranquilidad y soberanía".