El pastor norteamericano Andrew Brunson ha embarcado este mismo viernes en un avión rumbo a Estados Unidos, nada más ser liberado tras pasar dos años apresado en Turquía por sus presuntos vínculos con los terroristas del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) y el influyente clérigo Fetulá Gulen.

"En estos momentos está en un avión hacia Estados Unidos", ha dicho el abogado de Brunson, Jay Sekulow, en declaraciones recogidas por Reuters. El propio Trump ha confirmado la noticia en Twitter: "¡Acaba de ser liberado. Estará en casa pronto!".

Sekulow ha indicado que esto solo puede interpretarse como "una significativa victoria" para Brunson y su familia, al tiempo que ha dado las gracias a Trump, al Congreso y a los diplomáticos que han presionado a Turquía para conseguir este desenlace.

Los padres de Brunson también han expresado su alegría. "Estoy emocionada. Es maravilloso", ha dicho Pamela Brunson a Reuters, que le ha dado la noticia. La familia, en Carolina del Norte, ha pasado la noche rezando por el resultado final del juicio. "Estoy encantado de que Dios haya respondido a nuestras oraciones", ha declarado Ron, el padre.

Condenado pero libre

Un tribunal turco ha condenado este viernes a Brunson a tres años y un mes de cárcel por cooperar con una organización terrorista, pero al mismo tiempo ha ordenado su puesta en libertad hasta que el fallo sea firme, para lo cual deberán agotarse las vías de recurso.

La sede jurisdiccional no ha dictado medidas de control sobre Brunson, ni siquiera una prohibición de viaje, por lo que el religioso norteamericano podrá abandonar Turquía, algo por lo que su defensa lleva peleando todos estos años, según informa el diario local 'Hurriyet'.

A esta sentencia han contribuido las declaraciones de los testigos en esta última vista, que han dado marcha atrás en su relato inicial, y la petición de la Fiscalía, que se ha limitado a diez años, de los 35 posibles, y ha solicitado al tribunal retirar las medidas cautelares contra Brunson.

En este giro de los acontecimientos, una testigo ha dicho que nunca había escuchado que los milicianos del PKK fueran tratados en un hospital regentado por un amigo de Brunson para después ser enviados a Siria, mientras que otro testigo ha indicado que nunca ha visto a colaboradores de Gulen en la casa del predicador evangélico.

Brunson, por su parte, ha aprovechado su alegato final para reivindicar su inocencia. El ya condenado estuvo en la cárcel hasta el pasado 25 de julio, cuando fue puesto bajo arresto domiciliario por razones humanitarias. Sus abogados habían presentado varios recursos para que recuperara la libertad, aunque sin éxito.

Crisis bilateral

En agosto, Estados Unidos sancionó a Turquía, incluidos sus ministros de Interior y Justicia, en represalia por el proceso contra Brunson. El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, se negó a interceder por el acusado esgrimiendo que supondría una injerencia en el Poder Judicial.

Tras un mes de broncos reproches entre Ankara y Washington, las aguas volvieron a su cauce con el breve encuentro que Erdogan y Trump mantuvieron en septiembre en el marco de la cita anual para las sesiones inaugurales de la Asamblea General de Naciones Unidas.

El jueves, horas antes de que comenzará la última jornada del juicio contra Brunson, celebrado en una prisión del distrito de Aliaga, en la ciudad costera de Izmir, el vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, se mostraba "esperanzado".

Las sanciones estadounidenses provocaron un desplome de la lira turca que amenazó con generar graves problemas económicos al país. Este viernes, nada más conocerse el fallo sobre el pastor estadounidense, la moneda turca se ha apreciado frente al dólar.