La primera ministra británica, Theresa May, pidió hoy la "unidad" de los conservadores en la fase "más dura" de sus negociaciones con la Unión Europea (UE) y alertó de que las divisiones pueden dejar al Reino Unido sin "brexit".

La jefa del Gobierno clausuró hoy el congreso anual del Partido Conservador en Birmingham, centro de Inglaterra, en el que su liderazgo y fortaleza estaban en juego ante las continuas presiones de los diputados más euroescépticos de la formación, entre ellos el exministro de Asuntos Exteriores Boris Johnson, en desacuerdo con su estrategia negociadora con el bloque europeo.

En su discurso, en el que prometió proteger la sanidad e invertir en los servicios públicos, la líder "tory" volvió a defender su plan del "brexit", conocido como "Chequers".

Este programa, según dijo, protegerá miles de puestos de trabajo y también la unión de las cuatro regiones -Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte- al tiempo que mantiene invisible la frontera entre la dos Irlandas.

"Chequers" ha sido rechazado por la línea más dura de la formación porque contempla un mercado común de bienes británico-comunitario con equivalencia regulatoria, lo que, según los euroescépticos, dejaría al Reino Unido aún "atado" a la UE y dificultaría acuerdos comerciales con otros países.

"Si vamos en direcciones distintas en busca de nuestras propias ambiciones sobre un 'brexit' perfecto, nos arriesgamos a terminar sin un 'brexit'. Y hay otra razón por la que necesitamos unirnos. Estamos entrando en la fase más dura de las negociaciones", aventuró.

"Lo que estamos proponiendo es de mucho desafío para la UE. Pero si nos mantenemos unidos y somos fuertes, sé que podemos alcanzar un acuerdo bueno para el Reino Unido", insistió May, que sorprendió a la audiencia al entrar en el auditorio de conferencias de Birmingham bailando al ritmo de la canción "Dancing Queen" de Abba.

Pero May también se mostró desafiante ante Bruselas al dejar claro que Londres no pretende un acuerdo a cualquier precio y recalcó que su país no tiene "miedo" de marcharse sin alcanzar un pacto.

La "premier", muy presionada en Birmingham por la intervención de Johnson ayer en un mitin paralelo, reiteró que su Gobierno ha tratado a la UE con "respeto" y que espera que el bloque de los 27 "haga lo mismo" con el Reino Unido en las negociaciones.

Según May, una ausencia de consenso con la UE supondría "un mal resultado para el Reino Unido y la UE" y reconoció que, si no hay acuerdo, "será duro al principio" para su país pero "la resistencia" de los británicos permitirá que salgan adelante.

Criticó además a los políticos que piden un segundo referéndum sobre la permanencia en la UE al insistir en que el Reino Unido ya tuvo su plebiscito (2016), en el que la gente pidió salir de la UE.

En su opinión, una segunda consulta, como piden diputados de la oposición laborista de Jeremy Corbynrepresentaría "un voto de los políticos" que buscan un resultado distinto.

Al criticar al laborismo, May calificó la situación de la principal fuerza de la oposición de "tragedia nacional".

"Hoy millones de personas, que nunca apoyaron a nuestro partido en el pasado, están sorprendidas por lo que Jeremy Corbyn le ha hecho al Laborismo. Ellos quieren un partido decente, moderado y patriótico. Uno que sitúe primero el intereses nacional", alegó.

En este congreso anual, muchos afiliados conservadores no ocultaron su apoyo al liderazgo y la negociación de May.

El concejal conservador Kokou-Tchri, de Upson, a las afueras de Londres, dijo hoy a Efe que May está haciendo "el mejor trabajo posible" para sacarles "de este lío".

May tiene "un trabajo duro" por hacer sobre el "brexit", añadió el edil, que espera que el Gobierno británico tome "decisiones pragmáticas por el mejor interés del país".

Para Wanitha Fernando, afiliada conservadora de Harborough, al norte de Inglaterra, la jefa del Gobierno es "una mujer de principios". "Es por eso que yo la admiro. Es una mujer fuerte y por eso estuvo muchos años al frente del ministerio del Interior", recordó.

Fernando resaltó a Efe que, si los conservadores no se unen, supondrá "una invitación a la entrada de Corbyn y, si él llega al poder, será un retorno a la edad de las Tinieblas".