Las autoridades indonesias reabrieron este domingo el aeropuerto de Palu, la ciudad más afectada por el seísmo de magnitud 7,5 y posterior tsunami del viernes que sacudió la isla de Célebes, lo que contribuirá a agilizar la llegada hoy de asistencia humanitaria para los miles de damnificados.

El organismo AirNav Indonesia señaló en un comunicado que los vuelos comerciales estarán limitados y que recibirán prioridad las operaciones de emergencia y la ayuda humanitaria.

La Fuerza Aérea indonesia tiene preparados para enviar a Palu doce aviones Hércules, cuatro Boeing 737, cinco aviones CN 295, dos aviones CN 235 y varios helicópteros para que sumen a las tareas de salvamento, asistencia humanitaria, evacuación o logística.

El jefe de la Fuerza Aérea, Yuyu Sutisna, señaló este domingo a los medios locales que también enviarán cien miembros de unidades especiales.

El Ministerio de Sanidad está organizando la llegada de personal y material médico a Palu y las otras zonas afectadas, como la localidad de Donggala, la otra más castigada con 277.000 habitantes.

Fuentes sobre el terreno han señalado la escasez de especialistas en ortopedia, cirujanos generales, neurocirujanos, anestesistas y enfermeras.

El Ministerio de Asuntos Sociales ha despachado seis cocinas públicas con capacidad para preparar 36.000 servicios de arroz diarios para Palu, una población de 350.000 habitantes y capital de la provincia de Célebes Central.

Las autoridades, para contener los casos de robos y saqueos denunciados en Palu, han autorizado a las víctimas a conseguir provisiones en determinados comercios a cargo del Estado.

"Hemos acordado con (las cadenas) Alfamart y Indonmaret los productos que pueden obtener", dijo hoy en Palu el ministro de Asuntos Internos, Tjahjo Kumolo, según los medios locales.

Mientras se toman medidas para atender a los damnificados, rescatar a los supervivientes, restablecer las comunicaciones y los servicios básicos, el número de víctimas mortales ha llegado a los 832, además de 540 heridos, 29 desaparecidos y 16.732 desplazados registrados.

El portavoz de la Agencia Nacional de Gestión de Desastres (BNPB), Sutopo Purwo Nugroho, repitió hoy, como la víspera, que "la cifra de víctimas sigue subiendo".

"Nos llega información limitada sobre la destrucción en la ciudad de Palu, pero no nos ha llegado nada desde Donggala, lo que es extremadamente preocupante. Esto es ya una tragedia pero puede ser peor", alertó Cruz Roja Internacional en un comunicado.

Los equipos de salvamento empezaron hoy a sacar a las entre 50 y 60 personas que se cree quedaron atrapadas en el Hotel Roa Roa cuando se derrumbó el viernes y que no pudieron sacar antes por falta de maquinaria pesada.

El presidente de Indonesia, Joko Widodo, tiene previsto visitar este domingo la zona más afectada en compañía de varios ministros.

La catástrofe en las Célebes comenzó el viernes pasado con un terremoto de 6,1 grados que causó un muerto y 20 heridos, y unas tres horas después ocurrió el seísmo de 7,5 grados y el tsunami.

Indonesia se asienta sobre el llamado Anillo de Fuego del Pacífico, una zona de gran actividad sísmica y volcánica en la que cada año se registran unos 7.000 terremotos, la mayoría moderados.