El estado de Tennessee (EE.UU.) ejecutó hoy a un reo por primera vez desde 2009 al suministrar una inyección letal a Billy Ray Irick, que fue condenado a muerte por violar y asesinar a una niña de siete años en 1985.

A Irick, blanco de 59 años, lo declararon muerto a las 19.48 hora local (00.48 del viernes GMT) en la Institución de Máxima Seguridad Riverbend, en Nashville, según notificó el Departamento Correccional de Tennessee.

La de hoy fue la primera ejecución en Tennessee desde que el 2 de diciembre de 2009, hace casi nueve años, Cecil C. Johnson Jr. recibiera una inyección letal por matar a tres personas durante un robo en 1980.

Durante esta última década, el estado de Tennessee ha lidiado con una escasez de fármacos para sus inyecciones y con litigios de los abogados de los presos condenados a muerte contra los nuevos componentes que se disponía a utilizar para ejecutarlos.

Hoy, finalmente, los tribunales autorizaron la ejecución de Irick pese a que todavía hay recursos pendientes contra los fármacos utilizados por el estado, concretamente el sedante midazolam, que ha causado problemas en el pasado.

"Si la ley permite que esta ejecución suceda, pese a los minutos finales terribles que Irick puede experimentar, entonces hemos dejado de ser una nación civilizada y aceptamos la barbarie", dijo la juez del Tribunal Supremo Sonia Sotomayor, en desacuerdo con la decisión tomada por sus colegas.

A Irick lo condenaron a muerte en 1986 por asesinar un año antes a la pequeña Paula Kay Dyer.

Amigo de los padres de Dyer, Irick estaba cuidando de ella y de cuatro de sus hermanos el 15 de abril de 1985, la noche del crimen.

Cuando Kenny Jeffers -el padre- regresó a la vivienda después de la medianoche, encontró a la pequeña Paula inconsciente y bañada en sangre.

La autopsia determinó que murió de asfixia y que había sido brutalmente sodomizada.

Irick había encerrado en una habitación al resto de niños, que escucharon la macabra muerte de su hermana.

"Los chicos intentaron salir y ayudarla pero no pudieron porque la puerta tenía una barricada. Todavía tienen pesadillas", explicó la madre de Paula, Kathy Jeffers, en una entrevista reciente con WBIR-TV, una afiliada local de NBC.

Las autoridades detuvieron horas después a Irick, que confesó el crimen.

Hoy, sus últimas palabras fueron: "Solo quiero decir que lo siento mucho. Eso es todo".

Anoche, el estado de Tennessee le sirvió a Irick una última cena a su antojo pero con un presupuesto máximo de 20 dólares, que consistió en una hamburguesa "súper de lujo", aros de cebolla; y para beber, un refresco de cola.

La de Irick fue la decimoquinta ejecución del año en EE.UU. y la número 1.480 desde que el Tribunal Supremo restituyo la pena de muerte hace cuatro décadas. Tennessee ha ejecutado a siete de estos 1.480 reos.

Tennessee tiene ahora 59 presos en su corredor de la muerte, 14 de ellos con los procesos de apelaciones agotados, por lo que el estado tiene luz verde para ejecutarlos.

De hecho, Tennessee ya tiene programadas otras dos ejecuciones: la de Edmund Zagorski el 11 de octubre por matar a dos hombres durante un robo en 1984 y la de David Earl Miller el 6 de diciembre por asesinar a una mujer con discapacidad mental en 1981.