Los portavoces demócrata y republicano en la Comisión de Inteligencia del Senado estadounidense han respaldado este miércoles los informes de los servicios secretos que consideran que Rusia intentó influir en las elecciones presidenciales de 2016 que llevaron a Donald Trump a la Casa Blanca, extremo que siempre han negado Moscú y el magnate neoyorquino.

"No hay duda de que Rusia intentó en una iniciativa sin precedentes interferir en nuestras elecciones de 2016", ha afirmado el presidente de la Comisión, el republicano Richard Burr en un mensaje conjunto con el portavoz demócrata en la Comisión, Mark Warner, tras una comparecencia a puerta cerrada.

En la sesión de este miércoles han participado el exdirector de Inteligencia Naiconal James Clapper, el exdirector de la CIA John Brennan y exdirector de la Agencia de Seguridad Nacional Mike Rogers. El exdirector del FBI James Comey, destituido por Trump, fue invitado, pero no compareció.

"Tras un minucioso examen, nuestro personal ha concluido que las conclusiones (de los servicios secretos) son certeras u rigurosas", ha apuntado Warner. "La acción rusa fue amplia, sofisticada y ordenada por el propio presidente (Vladimir) Putin con la intención de ayudar a Donald Trump y perjudicar a Hillary Clinton", ha explicado Warner.

El respaldo de la Comisión de Inteligencia del Senado a las conclusiones de los servicios secretos contrasta con la postura de los republicanos de la Cámara de Representantes, quienes hace tan solo unas semanas afirmaron que Rusia no intentó apoyar a Trump.