La jefa de facto de la Policía Nacional de Nicaragua, Aminta Granera, ha dimitido de su puesto como líder del cuerpo policial después de 11 días consecutivos de protestas, que han dejado más de 30 muertos y entre enormes críticas por la represión policial, que se ha traducido en otra multitudinaria manifestación este sábado.

Aunque la primera comisionada de la Policía Nacional entregará su mando este lunes, este sábado, el diario nicaragüense 'La Prensa' ha publicado que Granero presentó su renuncia durante la noche del viernes, motivada por las manifestaciones contra una controvertida reforma a ley de seguridad social, impuesta por el presidente del país, Daniel Ortega.

Sin embargo, 'La Prensa' también ha apuntado que desde hace más de dos años Granera había sido apartada de la dirección del cuerpo policial y todo el mando lo ejerce el subdirector, comisionado general, Francisco Díaz, que es el consuegro de Ortega.

Decenas de miles de nicaragüenses han participado a lo largo de este sábado en la capital del país, Managua, en una multitudinaria marcha "Por la Paz y la Justicia" convocada por la Iglesia Católica, la segunda gran manifestación que se produce en menos de una semana después de las protestas estudiantiles que se saldaron con al menos 34 muertos, aunque varias organizaciones de Derechos Humanos cifran el número de víctimas mortales en más de 60

El pasado 16 de abril comenzó una ola de manifestaciones multitudinarias para frenar una reforma de la seguridad social que aumentaba la contribución de trabajadores y empresarios y por primera vez ponía a cotizar a los jubilados nicaragüenses.

La dura represión de las protestas ha hecho que se conviertan en una protesta general contra Ortega, la peor crisis política que ha vivido durante sus quince años de mandato.