La clase política estadounidense reaccionó este domingo al ataque ejecutado el pasado viernes de madrugada contra Siria y aunque en general los miembros de la Administración aprueban la operación, algunos consideran que fue insuficiente puesto que no evita el uso de armas químicas en el futuro.

"El ataque fue proporcional y justificado (...), pero no tenemos una estrategia global y profunda para Siria", dijo este domingo la senadora republicana Susan Collins en una entrevista a la cadena ABC News.

Collins, que forma parte del Comité de Inteligencia del Senado, reconoció que la situación en Siria es "un asunto difícil", pero defendió la necesidad de encontrar una solución a largo plazo para impedir que el régimen del presidente sirio, Bachar al Asad, pueda volver a usar armas químicas, tal y como ha hecho "en 15 ocasiones", según dijo.

En similar sentido se expresó la también senadora republicana Joni Ernst en declaraciones a la NBC al sostener que Estados Unidos debe asegurarse de que Al Asad, al que tildó de "criminal de guerra", no vuelve a recurrir a las armas químicas.

"Me satisface que diéramos este paso, pero ahora tenemos que hablar sobre qué hacer en el futuro", agregó Ernst en referencia a la ofensiva ejecutada el pasado viernes por Estados Unidos, Francia y Reino Unido contra Siria en respuesta al ataque, el pasado 7 de abril, presuntamente efectuado con armas químicas por el régimen sirio contra la población rebelde de Duma, en el que murieron decenas de personas.

Incluso desde el Pentágono reconocieron este sábado que el lanzamiento de 105 misiles a tres centros presuntamente vinculados al programa de armas químicas de Al Asad, "cercena" la posibilidad de nuevos ataques ilegales por parte del "régimen" pero no garantiza que se puedan volver a producir.

En el ataque a Duma las personas fallecidas presentaban síntomas de haber sido expuestas a "agentes tóxicos", según ha señalado la Organización Mundial de la Salud (OMS).

A pesar de que los inspectores de la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ) aún no han podido realizar una investigación sobre el terreno, fuentes de la Administración estadounidense dijeron ayer estar seguros de que fue Al Asad quien ordenó el ataque, en el que presuntamente se emplearon gas cloro y gas sarín.

En general, la mayoría de representantes del Gobierno consultados en la habitual ronda de entrevistas de los domingos, coincidieron en la necesidad de actuar contra Al Asad y se congratularon porque la respuesta de la Casa Blanca no haya sido unilateral, sino coordinada con dos aliados tan importantes como París y Londres.

El exvicepresidente del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas de EEUU, James Winnefeld, sostuvo que la ofensiva fue "más que nada, un ejemplo de la comunidad internacional, otro más, alzándose para evitar la normalización del uso de armas químicas".

De hecho, el sábado, el propio presidente estadounidense, Donald Trump, expresó su agradecimiento a Francia y el Reino Unido "por su sabiduría y la potencia de sus buenos ejércitos" y, este mismo domingo, insistió en alabar el éxito de una operación "perfectamente ejecutada".

"Misión cumplida"

Sin embargo, el hecho de que el presidente haya dicho que el ataque, que ha sido calificado de "concreto" por parte del Pentágono, se puede interpretar como una "misión cumplida" y el hecho de que ordenara la ofensiva contra un Gobierno extranjero sin someterse a la aprobación del Congreso ha levantado ciertas críticas por parte de los medios y de la clase política.

"El presidente tiene que venir al Congreso a hablar del asunto", sostuvo Ernst, quien añadió que si bien está de acuerdo con el ataque aéreo del pasado viernes, se siente "incómoda" ante la posibilidad de que Estados Unidos pueda aumentar su presencia de tropas en Siria, que actualmente ronda los 2.000 militares.

La legislación establece que antes de ordenar una intervención militar en otro país, el Gobierno debe obtener del Congreso una "autorización para el uso de la fuerza militar" (AUMF por sus siglas en inglés).

A pesar de que el Pentágono cuenta con esta autorización para actuar en Siria, numerosas voces señalan que este permiso se limita a la lucha contra el grupo yihadista Estado Islámico y consideran, por lo tanto, que Trump debería haber obtenido una nueva AUMF antes de actuar contra las fuerzas de Al Asad.