El exconsejero de Donald Trump Steve Bannon prometió este sábado "victorias" al partido francés de extrema derecha Frente Nacional (FN), para lo que su presidenta, Marine Le Pen, considera que la formación necesita un nuevo nombre.

"La historia está de nuestro lado y nos llevará de victoria en victoria", aseguró ante los militantes del FN el controvertido Steve Bannon, encarnación de la derecha estadounidense más extrema y quien dirigió el final de la campaña presidencial de Trump, antes de convertirse en su consejero en la Casa Blanca.

Bannon apoyó la visión de Marine Le Pen, sentada en la primera fila de los asistentes al congreso. "Ella lo describió perfectamente: ¿Consideran al Estado nación como un obstáculo que hay que superar o como una joya que debe ser pulida, mimada y cuidada?", preguntó entre aplausos.

El congreso del FN, que se celebra en Lille, en el norte de Francia, busca dar un nuevo impulso a la formación tras su fracaso electoral en las presidenciales de 2017 y antes de los comicios europeos del año que viene.

Única candidata a su sucesión, Marine Le Pen tiene asegurada la reelección el domingo como líder del principal partido de extrema derecha francés.

Entre sus planes para recobrar apoyo, la líder ultraderechista anunció su intención de cambiar el nombre de la formación cofundada en 1972 por su padre, el polémico Jean-Marie Le Pen, para romper definitivamente con la imagen antisemita y racista del partido, que asusta a muchos franceses.

"Estamos en un momento clave de la historia de nuestro movimiento (...). Es una cita con el país que no debemos desaprovechar", afirmó antes del congreso Marine Le Pen, derrotada en la elección presidencial por Emmanuel Macron, pero que logró un récord de 11 millones de votos (33,9%) en la segunda vuelta.

Sin embargo, la imagen de Marine Le Pen quedó seriamente deteriorada tras un último debate televisivo con su adversario, que mermó gravemente su credibilidad y puso en duda sus competencias.

Corta mayoría

A través de un cuestionario enviado a los 51.000 miembros del movimiento, los militantes del Frente Nacional validaron por una "corta mayoría" el principio de un cambio de apelación. El nombre, que será anunciado por Marine Le Pen durante el congreso de Lille, será después sometido a votación.

Sin embargo, Jean-Marie Le Pen, de 90 años, ha afirmado que su hija comete una "traición a la historia del movimiento", al cambiar su nombre. Jean-Marie Le Pen tiene prohibida la entrada al congreso del FN.

Marine Le Pen, de 49 años, evita centrarse demasiado en la disputa con su progenitor y aseguró, en una reciente entrevista con el diario conservador Le Figaro, que su objetivo es "transformar definitivamente a este partido de oposición en un partido de gobierno".

La líder antieuropea y antimigración tomó la decisión de cambiar el nombre de su partido, convencida de que es un paso necesario para poder un día forjar alianzas con otros partidos.

"Sin un cambio de nombre no podremos forjar alianzas. Y sin alianzas nunca podremos tomar el poder", afirmó Marine Le Pen.

Elecciones europeas de 2019

Sin embargo, la pérdida del nombre histórico del movimiento no es del gusto de todos los simpatizantes. Para muchos el problema no es el nombre, sino "el equipo dirigente".

Según una encuesta Kantar Sofres, 73% de los franceses estiman que Marine Le Pen no sería una "buena presidenta".

En su propio campo, también han surgido dudas sobre la capacidad de Le Pen de llevar al FN al poder. La salida en septiembre de su brazo derecho, Florian Philippot, que creó un partido alternativo, demostró además la falta de unidad interna.

En la mira de Marine Le Pen están las elecciones europeas de 2019, en las que espera repetir la hazaña de 2014, cuando el Frente Nacional se convirtió en la primera fuerza política francesa.

Con ese objetivo en mente, Le Pen tiene previsto presentar una lista "de unión" de "nacionalistas" contra "mundialistas", en un contexto en el que los partidos tradicionales han perdido terreno en Francia y varios países europeos.