Volkswagen intentó disimular los resultados de pruebas sobre emisiones diésel en monos, ya que mostraban que las de los vehículos recientes eran "más nocivos" que las de los antiguos, afirma este miércoles el diario Bild.

Los resultados de estos experimentos "no debían publicarse nunca" porque eran "demasiado devastadores", afirma el diario alemán, que saca a la luz documentos internos del laboratorio estadounidense que los llevó a cabo.

"Enviamos este informe final hace varios meses y [los responsables de Volkswagen] lo contestaron porque no correspondía a sus expectativas", escribió en agosto de 2016 Jacob McDonald, a cuyo laboratorio recurrió la EUGT, el organismo de investigación financiado por Volkswagen, sus competidores Daimler, BMW y el fabricante de equipos Bosch.

Estas pruebas, hechas públicas inicialmente por el diario The New York Times, se realizaron en 2015, indicó este miércoles Volkswagen a la AFP. Los animales eran encerrados en jaulas de vidrio donde inhalaban durante cuatro horas el gas emitido por un Escarabajo (Beetle) de Volkswagen y otro modelo más antiguo de Ford.

Los ensayos debían mostrar la inocuidad de los nuevos motores diésel, pero por el contrario, mostraron que los animales que inhalaron emanaciones de un diésel considerado más limpio, "presentaba más señales inflamatorias que los que respiraron el antiguo", indicó un expero a Bild.

Jacob McDonald propuso en un correo no evocar en el informe final los malos resultados obtenidos por los motores recientes e insistir en la ausencia de peligro de "la antigua tecnología".

El informe fue enviado en junio de 2017 a la EUGT, que nunca lo publicó, indica Bild.

El número uno mundial del automovilismo reaccionó al escándalo suspendiendo el martes de sus funciones a un alto ejecutivo, Thomas Steg, por su papel en la organización de las pruebas.

El miércoles, su competidor Daimler también suspendió a su exrepresentante en el seno del directorio del EUGT, y anunció que llevaba una investigación interna sobre dichas pruebas. Según el diario Handelsblatt, se trata de Udo Hartmann, responsable de la protección del medioambiente en el seno del constructor.

A finales de 2015, Volkswagen se vio envuelto en el escándalo del "diéselgate", al reconocer que equipó 11 millones de sus vehículos diésel con un dispositivo que falseaban los resultados de las pruebas anticontaminación y disimulaban las emisiones que superaban hasta 40 veces las normas autorizadas.