El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, ha ordenado la vuelta del equipo negociador desplazado a Quito para las conversaciones de paz con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), después de que la guerrilla haya atentado contra un importante oleoducto.

Un portavoz del Ejército ha informado a Reuters de que el ELN, que aún contaría con unos 2.000 guerrilleros, ha volado con explosivos dos tramos del oleoducto Caño Limón-Coveñas en los departamentos de Arauca y Boyacá, después de que el martes a medianoche expirase la tregua bilateral aplicada desde octubre de 2017.

Tras este ataque, Santos ha ordenado el regreso del equipo de negociadores que se encontraba en Quito y ha suspendido de forma temporal los diálogos entablados con el ELN, que teóricamente iban a reanudarse este miércoles en la capital ecuatoriana.

Durante el alto el fuego, que las partes intentaron reanudar sin éxito, el grupo insurgente prometió suspender los secuestros, los ataques a la infraestructura económica, el uso de minas terrestres y el reclutamiento de menores. El Gobierno, por su parte, se comprometió a mejorar la protección a los líderes comunitarios y las condiciones para unos 450 rebeldes presos.

Santos ha recordado en una alocución pública que el Ejecutivo "estuvo siempre dispuesto" a prorrogar la tregua, pero ha lamentado que "inexplicablemente" el ELN se negó y ahora ha optado por reanudar sus "ataques terroristas". Ante esta situación, ha ordenado al jefe de la delegación gubernamental, el exvicepresidente Gustavo Bell, que regrese a Colombia con vistas a "evaluar el futuro del proceso".

Asimismo, ha advertido de que las Fuerzas Armadas tienen "orden" de "actuar con contundencia" para responder a la última acción del ELN y proteger la vida de los colombianos, "como es su deber constitucional". "Mi compromiso con la paz ha sido y será indeclinable, pero a la paz se llega con voluntad y hechos concretos, no solo con palabras", ha apostillado.