Un vagabundo reconoció este miércoles ante la justicia británica que robó un bolso y un teléfono a las víctimas del atentado de Mánchester haciendo ver y creer que las ayudaba.

Chris Parker, de 33 años, se declaró culpable de dos cargos de robo y uno de estafa ante un tribunal de esta ciudad del noroeste de Inglaterra, en la que 22 personas murieron en un concierto de la estadounidense Ariana Grandeel 22 de mayo de 2017, cuando un kamikaze hiso estallar una bomba en el pabellón donde actuaba.

En las filmaciones de las cámaras de seguridad mostradas en la audiencia se le podía ver circular entre las víctimas y la fiscalía estimó que prestó ayuda, pero "limitada", y que aprovechó para robar.

En varias ocasiones se acercó a Pauline Healey, herida en la explosión, cuya nieta de 14 años yacía muerta no muy lejos, y en una de ellas le quitó el bolso y su cartera.

Horas después usaba una de sus tarjetas bancarias en un restaurante McDonald's de la ciudad. Parker admitió también haberse hecho con un teléfono.

El 30 de enero la corte dictará sentencia.

Parker estaba a las puertas del pabellón Manchester Arena y explicó tras el atentado que confortó a una niña que había perdido las piernas y a una mujer que acabó muriendo en sus brazos.

Su historia conmovió a los británicos, que donaron más de 50.000 libras para ayudarle, aunque la persona que organizó la colecta explicó al diario The Guardian, antes de conocerse los cargos, que el dinero no le había sido entregado todavía.

Gracias al repentino salto a la fama de Parker, su madre, a la que no había visto en mucho tiempo, descubrió su paradero y aseguró estar "muy orgullosa" de lo que había hecho.