El presidente de EEUU, Donald Trump, no dudó anoche en participar, muy sonriente, en la danza tradicional con espadas, dentro de la ceremonia de bienvenida que le brindó el rey Salmán ben Abdelaziz al Saúd. Posteriormente, el magnate y su mujer, Melania Trump, fueron invitados a tomar pasteles y té. Allí, fueron corregidos para que tomaran la taza con la mano derecha.

Donald Trump y el rey saudí, Salman bin Abdulaziz, sellaron el buen momento de sus relaciones con la firma un acuerdo para la venta de armamento a Arabia Saudí por valor de 110.000 millones de dólares.

En una ceremonia presidida por ambos mandatarios, que rubricaron un documento titulado "Declaración de una estratégica visión conjunta", esta venta multimillonaria de armas está destinada a satisfacer las necesidades defensivas saudíes, según se subrayó durante el acto, celebrado en el palacio de Al Yamama de Riad.

Según Washington, este paquete de equipos y servicios de defensa "apoya la seguridad a largo plazo de Arabia Saudí en la región frente a las amenazas de los iraníes, mientras que refuerza la habilidad del reino en contribuir a las operaciones antiterroristas en toda la región, reduciendo el peso sobre Estados Unidos".

La Casa Blanca apuntó que estos acuerdos muestran "de la manera más clara posible" el compromiso de Estados Unidos con su alianza con Arabia Saudí y los países del Golfo Pérsico.

Además, apuntó que estas ventas se enmarcan en cinco categorías: seguridad fronteriza y antiterrorismo, seguridad costera y marítima, modernización de las fuerzas aéreas, defensa aérea y de misiles y , por último, mejoras en ciberseguridad y comunicaciones.