Las formaciones parlamentarias austríacas acordaron hoy el 4 de diciembre como la fecha para celebrar la repetición de las elecciones presidenciales, aplazadas por fallos en los sobres de voto por correo.

El portavoz parlamentario socialdemócrata, Andreas Schieder, aseguró ante la prensa que las formaciones han optado por el 4 de diciembre ya que por razones técnicas y organizativas el 27 de noviembre -la otra fecha propuesta- era demasiado pronto para garantizar que los problemas podrían solucionarse.

El Gobierno decidió hoy aplazar la repetición de las elecciones presidenciales entre el ecologista Alexander Van der Bellen y el ultraderechista Norbert Hofer por la aparición de cientos de sobres con pegamento defectuoso, que no cerraba bien el envoltorio y suponía la anulación del sufragio emitido.

El ministro del Interior, Wolfgang Sobotka, reconoció que el aplazamiento daña la imagen del país, aunque puso el acento en que era un mero "problema técnico" que no permitía garantizar la celebración correcta de los comicios.

"Si esto lo hacemos con un proceso transparente demostramos que tenemos un Estado de derecho de máximo nivel", aseguró Sobotka en una rueda de prensa en Viena.

El pasado 22 de mayo el ecologista Van der Bellen se impuso al ultraderechista Hofer por muy escaso margen, apenas 31.000 votos, pero la formación del candidato perdedor, el FPÖ, impugnó el resultado por irregularidades.

El Tribunal Constitucional decidió a principios de julio que se repitieran las elecciones al detectar fallos en procedimientos -en ningún caso fraude- como que se empezara el recuento de los votos por correo en algunas mesas la misma noche electoral y no al día siguiente, como estipula la ley.

Las autoridades austríacas también han decidido hoy abrir el proceso electoral a nuevos electores que hayan cumplido la edad legal para votar en los últimos meses, 16 años.

Hasta ahora se había decidido repetir las elecciones con el mismo censo de las presidenciales celebradas el 22 de mayo.

Según datos oficiales, desde el 22 de mayo han muerto unas 34.000 personas con derecho a voto, una cifra mayor que la diferencia de sufragios entre el vencedor y el perdedor de la anterior cita electoral.

Para corregir esa situación las formaciones políticas austríacas han decidido abrir los comicios a nuevos electores.

Después de la impugnación, las autoridades habían reforzado los controles para evitar una situación parecida, por lo que este aplazamiento supone un revés.

Algunos juristas austríacos habían destacado que si se daban casos de votos que fueran anulados debido a fallos atribuibles exclusivamente a las autoridades todo el proceso electoral podría ser recurrido de nuevo