Donald Trump, precandidato republicano a la Presidencia de Estados Unidos, ha contestado al Papa, que ha cuestionado la fe del magnate norteamericano por sus declaraciones sobre los inmigrantes mexicanos, afirmando que Francisco deseará que sea el nuevo inquilino de la Casa Blanca si Estado Islámico ataca el Vaticano.

"Si, y cuando, el Vaticano sea atacado por el Estado Islámico --todo el mundo sabe que es su último trofeo--, os aseguro que el Papa habría deseado y rezado porque Donald Trump fuera presidente porque entonces eso no habría ocurrido", ha dicho desde Carolina del Sur.

El multimillonario estadounidense ha vuelto a afirmar que con él en la Casa Blanca "el Estado Islámico será erradicado, no como ahora, con toda esta inacción política", según informa el portal estadounidense 'The Hill'.

Además, ha considerado "vergonzoso" que "un líder religioso cuestione la fe de otra persona". "Estoy orgulloso de ser cristiano y, como presidente, no permitiré que los cristianos sean atacados y debilitados constantemente", ha asegurado.

Sin embargo, ha restado importancia a las declaraciones del Papa al considerar que está bajo la influencia de su visita a México, durante la cual "solo ha visto una parte de la historia", sin contar con la perspectiva estadounidense.

"El Gobierno mexicano ha hecho muchas declaraciones denigrantes sobre mí al Papa porque quieren seguir desgarrando a Estados Unidos, tanto en la frontera como en el comercio", ha dicho.

Horas antes de que el Papa hablara sobre Trump, éste había expresado su "respeto", e incluso su "amor" por el Pontífice. "Me gusta lo que defiende y me gusta su actitud. Es muy independiente y muy diferente. Es una especie de Papa moderno", señaló.

Poco después de estas declaraciones, Trump decía que el papa Francisco es "un tipo maravilloso" y aseguraba que no ha entrado en una pelea con él por las críticas a su persona.

"No creo que esto sea una pelea. Creo que (el papa) dijo algo más suave de lo que luego transmitieron los medios", explicó Trump en la CNN, donde también insinuó que el pontífice podría haber estado influido por el Gobierno mexicano en temas migratorios y por tanto haber oído "sólo una parte de la historia".