El primer ministro de Malasia, Nayib Razak, ha ordenado este miércoles rescatar a los inmigrantes que se encuentran varados en varios barcos frente a las costas del país, en el mar de Andamán.

"He ordenado que se lleven a cabo esfuerzos de búsqueda y rescate en los barcos de los rohingya. Debemos evitar la pérdida de vidas", ha dicho a través de su cuenta en la red social Twitter.

"Se trata de compasión humana. Debemos que garantizar que los hambrientos reciban agua y comida y que los enfermos sean atendidos con medicinas y suministros", ha agregado.

Las palabras de Razak han llegado horas después de que los gobiernos de Malasia e Indonesia aseguraran en un comunicado conjunto que ofrecerán una acogida temporal a unos 7.000 inmigrantes que han permanecido durante días navegando a la deriva cerca de sus aguas.

En lo que va de mes de mayo han llegado más de 3.000 inmigrantes a las costas de Malasia e Indonesia. Los inmigrantes que viajaban a la deriva son principalmente musulmanes rohingyas de Birmania y bangladeshíes que han huido de la persecución y la pobreza que sufren en sus países.

"Lo que hemos dejado claro que solo rescataremos a estas personas en alta mar", afirmó el ministro de Asuntos Exteriores de Malasia, Anifah Aman. "Bajo ninguna circunstancia se puede esperar que acojamos más si hay más llegadas", advirtió.

En su comunicado conjunto, los Gobiernos de Malasia y de Indonesia subrayaron que van a dar a los inmigrantes "realojamiento y repatriación", un proceso que será llevado a cabo "en un año" por parte de la comunidad internacional.

Aman dijo que se van a crear refugios temporales pero no en Tailandia, uno de los países en los que suelen recalar los inmigrantes que buscan llegar hasta Malasia.

Las autoridades de Tailandia han asegurado que examinarán a los inmigrantes en sus embarcaciones para determinar quienes deben ser llevados a tierra para recibir atención médica, sin llegar a comprometerse a desembarcarlos a todos.

Tailandia, cuyo ministro de Exteriores también participó en la reunión en la capital malasia, ha convocado una conferencia regional para abordar este problema en Bangkok el próximo 29 de mayo.