El presidente estadounidense, Barack Obama, dio hoy un paso al frente al anunciar que había autorizado ataques "selectivos" a posiciones del yihadista Estado Islámico (EI), además de una operación humanitaria para asistir a los desplazados en el norte de Irak, con el objetivo de impedir una "masacre".

"Cuando miles de civiles inocentes están en peligro de ser masacrados, y tenemos la capacidad para ayudarlos, lo hacemos", explicó el presidente, quien dijo que la acción había sido solicitada por el Gobierno iraquí.

El mandatario estadounidense realizó el sorpresivo anuncio en una comparecencia no prevista en la Casa Blanca, en la que no aceptó preguntas.

Obama remarcó que ha autorizado los ataques aéreos "selectivos" contra los yihadistas, por si fueran necesarios en el caso de que los extremistas suníes avancen hacia la ciudad de Erbil, para "proteger los intereses de Estados Unidos", puesto que en esa localidad se encuentran asesores militares y diplomáticos estadounidenses.

"Estados Unidos no puede mirar para otro lado" cuando se está fraguando un genocidio y existen los recursos militares para impedirlo, y recalcó que la voluntad de EE.UU. de actuar en Irak para detener una masacre es el "sello distintivo del liderazgo estadounidense".

La decisión de intervención de Obama supone un giro importante en su política exterior, ya que había defendido la idea de no intervención militar en el país después de la retirada de las tropas estadounidenses a finales de 2011.

A la par, el presidente estadounidense anunció que había dado luz verde para una operación aérea de lanzamiento de ayuda humanitaria, principalmente agua y alimentos, a los miles de desplazados en el norte de Irak.

En conferencia telefónica, funcionarios estadoundienses, que pidieron no ser identificadas, detallaron que varios aviones de carga militar lanzaron hoy agua y comida para "alrededor de 8.000 personas" de las cerca de 40.000 que se calcula que están aisladas en las proximidades el monte Sinjar, en el kurdistán iraquí.

Los funcionarios calificaron la operación de "exitosa" y señalaron que las Fuerzas Armadas estadounidenses tienen capacidad para hacer entregas "adicionales" en los próximos días.

Los refugiados son en su mayoría yazidíes kurdos y cristianos, que huyeron en los últimos días de la ofensiva yihadista, y se encuentran aislados en una zona montañosa y desértica del norte de Irak con necesidad urgente de agua, comida, refugio y medicinas.

Por su parte, el secretario de Estado, John Kerry, que se encuentra de viaje oficial en Afganistán calificó de "vital" la decisión de Obama de enviar ayuda y autorizar bombardeos porque "el mundo no puede sentarse y ver inocentes morir".

"La campaña de terror de EI contra los inocentes, incluidas minorías yazidíes kurdos y cristianos, y sus grotescos y selectos actos de violencia tienen todas las señales de alerta de un genocidio", indicó Kerry en un comunicado.