El artista y disidente chino Ai Weiwei, liberado después de casi tres meses detenido en Pekín sin mediar una orden de arresto por un supuesto delito económico, aseguró hoy a Efe que se encuentra bien pero que tiene prohibido conceder entrevistas.

"Estoy muy bien", manifestó Ai en conversación telefónica con Efe, "pero no es conveniente hablar ahora, no me permiten hablar con los medios, porque voy a estar en libertad bajo fianza pendiente de juicio ('qubao houshen') durante un año", agregó.

Este es el mensaje que el diseñador del Estadio Olímpico, de 53 años, ha enviado a las decenas de medios que en las últimas 24 horas han intentado entrevistarlo para averiguar la veracidad sobre su supuesta confesión de evasión de impuestos, según informó ayer la agencia estatal de noticias Xinhua.

Además, el Twitter del artista, en el que éste aireaba ante sus más de 70.000 seguidores sus disensiones sobre el régimen chino y los casos de derechos humanos que defendía, no ha tenido ninguna actualización desde el pasado 3 de abril, cuando fue detenido en Pekín al disponerse a tomar un vuelo con destino a Hong Kong.

Su detención desató la condena de numerosos gobiernos, como el de Estados Unidos o la Unión Europea, de grupos de derechos humanos y del sector artístico internacional, que han criticado con dureza al régimen chino por considerar que la detención de Ai responde a motivos ideológicos y no delictivos.

La del artista ha sido la más destacada de la última campaña de represión de la disidencia política registrada en China en una década, que se ha saldado con el acoso, interrogación o detención ilegal de casi 200 activistas, abogados e intelectuales.

La reacción internacional por el arresto de Ai había puesto a Pekín en un aprieto, según indica el experto en leyes chinas Jerome Cohen, del Instituto de Derecho EEUU-Asia de Nueva York, ya que si daba marcha atrás habría parecido que cedía a las presiones, y si proseguía con un juicio habrían aumentado las críticas, asegura.

"Es una noticia excelente y quizás el mejor resultado que se podía esperar dadas las circunstancias de este difícil caso", señaló Cohen en su análisis de la liberación.

La situación legal de Ai se llama en chino "qubao houshen", y aunque se traduce por "libertad bajo fianza", consiste más bien en una libertad bajo fianza pendiente de juicio que se puede prolongar por entre 6 y 12 meses, según informó a Efe el abogado y amigo del artista, Liu Xiaoyuan.

"Supone que Ai no puede abandonar la ciudad en la que tiene el registro civil (Pekín) ni el país sin autorización, pero puede salir de su casa. Además, tampoco obliga legalmente al artista a mantener silencio, desconozco si ha llegado a un acuerdo con el Buró de Seguridad Pública (PSB, policía)", agregó Liu.

El abogado señaló que tenía previsto reunirse esta mañana con el creador, pero que éste está muy ocupado y necesita descansar, por lo que no ha podido confirmar en sus conversaciones telefónicas y en los mensajes de texto que se han intercambiado si realmente confesó o no el supuesto delito de evasión de impuestos.

"La policía no ha concluido la investigación, y tampoco ha dicho nada sobre la supuesta confesión de Ai, eso sólo lo ha publicado Xinhua", explicó el letrado.

Por su parte, Cohen cree que la liberación bajo fianza "es la técnica que usan las autoridades de seguridad para salvar el prestigio y finalizar un caso controvertido desafortunado o que no va a acabar en juicio. Parece evidente que Ai ha llegado a un acuerdo con las autoridades para mantener silencio".

La ley china indica que el "qubao houshen" se concede por tres motivos: por enfermedad grave (Ai padece diabetes), por no suponer una amenaza de seguridad para la sociedad y porque el PBS no puede concluir una investigación en el plazo que tenía previsto.

Al no existir una acusación firme ni una conclusión a la investigación, es difícil confirmar la supuesta confesión de Ai, además de que la empresa que supuestamente evadió impuestos, llamada "The Beijing Fake Cultural Development", está en realidad a nombre de su ex mujer, Lu Qing.

"Lu Qing se ha puesto en contacto varias veces con el Buró de Impuestos y éste le ha respondido que no habían llegado a ninguna conclusión, tampoco ha recibido un comunicado oficial sobre el supuesto delito", informó Liu Xiaoyuan.

A pesar de estas contradicciones legales, el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores Hong Lei dijo hoy que Ai deberá abstenerse de influir en otros testigos, y reiteró que su libertad responde a su estado de salud y a "su disposición a pagar los impuestos evadidos", cuya suma no ha sido especificada.

Tanto Cohen como Liu coinciden en que la liberación del famoso disidente ha respondido en parte a la presión internacional, ya que se produce en vísperas de la gira del primer ministro Wen Jiabao a países europeos como el Reino Unido y Alemania, gobiernos muy beligerantes con la detención de Ai.

Sin embargo difieren en el peso que el "guanxi", o los contactos que la familia de Ai tienen con el régimen, ha tenido en su liberación, ya que el artista es hijo del reverenciado poeta revolucionario Ai Qing, ya fallecido, y de la intelectual Gao Ying.

"Si el 'guanxi' hubiera tenido alguna importancia, Ai no habría sido liberado de entrada", aseveró Liu.