Unos 16.000 yemeníes, según una estimación de los reporteros de Reuters, se han manifestado este jueves en cuatro puntos de Saná para exigir un cambio de gobierno, inspirados por las protestas que derivaron en el abandono del poder por parte del ya ex presidente de Túnez Zine el Abidine Ben Alí, que también han animado a los manifestantes egipcios esta semana.

"La gente quiere un cambio de presidente", han gritado las personas congregadas en la Universidad de Saná. El presidente Alí Abdulá Saleh gobierna Yemen, el país más pobre del mundo árabe, desde hace más de 30 años.

Al menos 10.000 personas se han congregado en la Universidad de Saná, a las que se añaden unas 6.000 más que se han manifestado en otros lugares de la ciudad en actos organizados por la coalición opositora yemení, según Reuters.

Los manifestantes han dicho que lo que piden es un cambio político y que mejoren las condiciones de vida. En una pancarta se podía leer "Basta de jugar, basta de corrupción, mirad la distancia entre la pobreza y la riqueza", y la gente ha coreado frases como "Somos compañeros en este país y no nos someteremos a la exclusión. Mirad Túnez y lo que ha hecho, el pueblo de Yemen es más fuerte".

"Si el partido (gobernante) no responde a nuestras demandas, intensificaremos esto hasta que el presidente caiga, como ocurrió en Túnez", ha advertido uno de los manifestantes, Ayub Hassan.

Mohamed al Sharfy, un estudiante que ha protestado en la Universidad de Saná, ha señalado la necesidad de solucionar las disparidades económicas. "Estoy aquí para decir 'no' a la corrupción. Tenemos que poner fin a esta tendencia de que se gradúen miles de universitarios cada año y no haya trabajo, mientras los dirigentes y sus hijos se llevan todo", ha indicado.

Por otro lado, varios centenares de personas han participado en otra parte de Saná en una manifestación en apoyo del Ejecutivo organizada por el partido gobernante, el Congreso General del Pueblo, según varios testigos.

Al menos cien efectivos de las fuerzas de seguridad estaban apostados en una plaza donde hay numerosos bancos, aunque allí no ha habido protestas, según Reuters. Los policías han observado en silencio las protestas, que han concluido sin incidentes.

Causas de las protestas

Yemen tiene una difícil situación en la que mientras el desempleo crece, las reservas de petróleo y agua se reducen. Además, casi la mitad de sus 23 millones de habitantes viven con menos de dos euros al día o menos y una tercera parte sufre hambre crónica.

La actual ola de protestas parece estar motivada por una propuesta que hicieron a finales del año pasado varios miembros del Congreso General del Pueblo para permitir que el jefe de Estado pueda permanecer en el cargo durante un número ilimitado de mandatos. El mandato de Saleh finaliza en 2013.

La coalición opositora intentó expresar su rechazo en las calles el pasado diciembre, pero no consiguió movilizar a mucha gente. Sin embargo, los hechos ocurridos en Túnez parecen haber ofrecido ahora el impulso necesario.

Saleh ha intentado calmar el descontento al presentar la semana pasada varias enmiendas constitucionales que incluían una que limitaría a dos el número máximo de mandatos presidenciales, cada uno de cinco o siete años. Asimismo, esta semana se ha comprometido a subir los sueldos de todos los funcionarios y militares en al menos 47 dólares mensuales.

Pero los líderes de la oposición creen que limitar el número de mandatos no es suficiente porque Saleh aún podría presentarse a las elecciones en dos ocasiones. "Seguiremos protestando hasta que el partido gobernante retire sus propuestas de enmienda y comience un diálogo con todos los partidos políticos, incluido el (separatista) Movimiento Sureño, y acabe con la corrupción", ha afirmado Fajer Yahya, uno de los organizadores de las protestas.

El diputado opositor Abdul Malik al Qasous ha explicado que la gente quiere reformas políticas y económicas: "La oportunidad de realizar reformas todavía está disponible, y tememos que la situación llegue a un punto en el que la gente ya no escuche cuando su gobernante les diga: "¡Os he entendido!'".