Al menos 39 personas han muerto como consecuencia del descarrilamiento en la noche de este viernes de varios vagones de un tren que iba de Moscú a San Petersburgo, según un nuevo balance del Ministerio de Emergencias ruso que confirma el hallazgo de nuevas víctimas entre los restos del convoy.

Tres de los 12 vagones que componen el tren Nevski Express, que puede llegar a alcanzar velocidades de hasta 200 kilómetros por hora descarrilaron a las 9.30 horas (19.30, hora peninsular española) cerca de la localidad de Bologoye, a unos 350 kilómetros de Moscú. El transporte viajaba con 661 pasajeros y 21 tripulantes a bordo.

Uno de estos pasajeros relató que oyó "un ruido" antes del descarrilamiento y varios de los testigos confirmaron la formación de un cráter en la zona, lo que ha hecho temer desde un principio la posibilidad de un atentado.

Atentado

Las pruebas halladas en el lugar del descarrilamiento del expreso Nevski, que hasta el momento se ha cobrado la vida de 39 personas, apuntan a un atentado terrorista con bomba, según informó el Servicio de Seguridad Interior ruso (FSB) al presidente Dimitri Medvedev.

"Se ha hallado un agujero de un metro de diámetro cerca de la vía", apuntaba previamente una fuente anónima de la investigación a la agencia de noticias oficial rusa, RIA Novosti. Se trataría de "un explosivo no identificado detonado por personas desconocidas", según apostilló el presidente de la empresa nacional de Ferrocarriles Rusos (RZD), Vladimir Yakunin.

Las autoridades han trasladado hasta el lugar del descarrilamiento, cerca de Bolgoye, a 200 kilómetros de Moscú. Entre los fallecidos podría encontrarse el director de la Agencia de Reservas del Estado, Boris Yevstratikov, pero este dato todavía no ha sido confirmado oficialmente.