El presidente de EEUU, Barack Obama, aseguró hoy que su intención es haber resuelto la guerra de Afganistán antes de que expire su mandato, y afirmó que se encuentra "muy cerca de tomar una decisión" sobre su estrategia.

En una serie de entrevistas concedidas hoy a cadenas de televisión de EEUU en Pekín, desde donde emprendió vuelo a Seúl, Obama reiteró que presentará su nueva estrategia para la guerra en Afganistán en las "próximas semanas" al pueblo estadounidense.

Cuando anuncie su decisión, aseguró, EEUU tendrá una idea clara de "lo que vamos a hacer, cómo vamos a conseguir el éxito y cuánto va a costar".

También sabrán, declaró, "cómo se acaba esto" de modo que la guerra no se prolongue como una "ocupación de muchos años que no serviría a los intereses de EEUU". Su estrategia, indicó, "nos pondrá en el camino para acabar la guerra".

En principio, su "deseo" sería "no traspasar" la guerra al próximo presidente estadounidense, aunque no precisó si eso quiere decir que se contempla la salida de las tropas para 2012, el próximo año de elecciones presidenciales en EEUU.

En su lugar, precisó que "tenemos un interés máximo en asegurarnos de que Afganistán sea lo suficientemente estable como para que no pueda infectar a toda la región con un extremismo violento".

Las entrevistas se concedieron horas antes de que se anunciara la llegada por sorpresa a Afganistán de la secretaria de Estado, Hillary Clinton, para participar en la ceremonia de investidura del presidente Hamid Karzai, que presidirá un nuevo mandato.

El presidente estadounidense se mostró crítico en su opinión de Karzai, de quien indicó que "ha servido a su país en cosas importantes" y "tiene cosas positivas, pero también cosas negativas".

"Me preocupa menos un individuo que un Gobierno en su conjunto que tiene problemas para proporcionar servicios básicos a su gente", declaró Obama.

En la actualidad se encuentran desplegados en Afganistán cerca de 68.000 soldados estadounidenses. Obama debe decidir, como parte de su estrategia, si aumenta ese número y en ese caso cuántos refuerzos envía.

Para tomar esta decisión se ha reunido en ocho ocasiones con su equipo de seguridad nacional en la Casa Blanca a lo largo de los últimos tres meses.

Algunos de los detalles de esas conversaciones se han publicado en la prensa, lo que aseguró que le ha puesto "furioso": "no creo que sea apropiado que la gente difunda información en el transcurso de deliberaciones cuando no hemos llegado a conclusiones definitivas", afirmó, antes de afirmar que las filtraciones son algo que pueden costar el puesto de quien las lleve a cabo.