La Comisión Electoral de Irak ha decidido suspender todos los preparativos de las elecciones generales del mes de enero después de que el vicepresidente árabe suní de Irak, Tareq al Hashemi, anunciase ayer que había vetado el artículo de la nueva ley electoral referente a la asignación de escaños a los desplazados y a los iraquíes residentes en el extranjero, muchos de ellos huidos del país a causa del conflicto entre chiíes y suníes.

"Como consecuencia del veto, hemos decidido paralizar todas nuestras actividades y nuestro trabajo mientras esperamos una ley definitiva a partir de un decreto presidencial que determine la fecha exacta de las elecciones", explicó Hamdiya al Husaini, responsable electoral.

A pesar de la decisión que ha tomado, el vicepresidente árabe suní expresó ayer su esperanza de que el asunto quede resuelto en una única sesión parlamentaria y de que su veto no impida la celebración de los comicios ni obligue a aplazarlos. Al Hashemi declaró que ha vetado el artículo uno de la ley, aprobado este mismo mes por el Parlamento, porque, a su juicio, no da voz suficiente a los iraquíes residentes en el extranjero. El veto del vicepresidente podría complicar la celebración de elecciones generales en enero.

"He entregado una carta con mis objeciones al consejo presidencial y una copia al Parlamento", declaró el vicepresidente en rueda de prensa.

"Mis enmiendas pretenden que se dé justicia a todos los iraquíes que viven en el extranjero y no sólo a los iraquíes desplazados a los países vecinos", añadió. Muchos de los residentes en el extranjero son árabes suníes que huyeron del país durante los enfrentamientos tras la invasión estadounidense de 2003.