Estados Unidos y China, los mayores contaminantes del mundo, dieron ayer un varapalo a la conferencia del clima que comenzará el 7 de diciembre en Copenhague, tras comunicar al Gobierno de Dinamarca que no será posible conseguir en esa cumbre un acuerdo vinculante que permita la reducción de emisiones de dióxido de carbono y que sustituya al de Kioto. Líderes como el presidente brasileño Lula mostraron su decepción ante este anuncio que da casi por fracasada la esperada cumbre.