El secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, consideró ayer difícil la reanudación del diálogo en Honduras para superar los obstáculo surgidos en la aplicación del acuerdo. En una sesión extraordinaria del Consejo Permanente, convocada para evaluar la situación en en el país tras la interrupción del proceso de ejecución del Acuerdo Tegucigalpa-San José, el titular de la Organización de Estados Americanos (OEA), afirmó que "no se ve como muy posible retomar un diálogo" entre el depuesto mandatario Manuel Zelaya y el presidente de facto, Roberto Micheletti. No obstante, dijo, en declaraciones a Efe, que representantes de la OEA seguirán en Honduras, mediando en la crisis hasta su solución.

El Acuerdo Tegucigalpa-San José, suscrito el 30 de octubre, fue declarado roto por el depuesto presidente, Manuel Zelaya la semana pasada, después de que el gobierno de facto anunciara la conformación de un Ejecutivo de Unidad sin representantes suyos y bajo la dirección del mandatario de facto, Roberto Micheletti. El régimen de facto culpa a Zelaya de haber roto el acuerdo, al haberse negado a entregar la lista con los nombres de las personas que quería que integrasen el Gobierno de Unidad y Reconciliación Nacional, que debía haberse constituido el pasado día 5. Insulza defendió al depuesto mandatario al afirmar que Zelaya no envió los nombres porque en la misiva que le envió Micheletti el día 3 de marzo quedó claro que el presidente de facto iba a formar un gobierno de manera unilateral y presidido por él.