El presidente del Gobierno interino de Honduras, Roberto Micheletti, ha aceptado un acuerdo con el depuesto Manuel Zelaya que permitiría la restitución en el poder de este último, previo acuerdo con el Congreso. Se trata de un sorprendente cambio de postura de Micheletti que, en principio, pone fin a la crisis política hondureña.

"He decidido apoyar esta nueva propuesta para lograr lo más rápidamente un acuerdo final", dijo Micheletti, e invitó a Zelaya a apoyar este acuerdo "y acompañarnos a firmarlo (...), basta ya de excusas, basta ya de retórica que nos divide, basta ya de juegos políticos", enfatizó.

"Mi Gobierno ha decidido apoyar una propuesta que permite un voto en el Congreso Nacional con una previa opinión de la Corte Suprema de Justicia para retrotraer todo el Poder Ejecutivo de nuestra nación previo al 28 de junio del año 2009", un día antes de la celebración de los comicios presidenciales, precisó el presidente 'de facto', que hasta el momento se había negado a ceder sobre la restitución de Zelaya, principal punto de desacuerdo entre las partes, lo que había provocado el punto muerto en las negociaciones.

El acuerdo incluye además de la "posible" vuelva al poder del presidente depuesto, la formación de un Gobierno de reconciliación, rechazo a la amnistía política, la realización de elecciones el 29 de noviembre y el traslado de las Fuerzas Armadas bajo la égida del Tribunal Supremo Electoral, entre otros puntos.

"Concesión significante"

El mandatario señaló que esta propuesta representa "una concesión significante por parte de nuestro Gobierno, nosotros siempre hemos sido firmes que es la Corte Suprema de Justicia quien debería decidir la posible restitución de Zelaya, pero también entendemos que nuestro pueblo reclama pasar la página de nuestra historia en estos momentos difíciles que vivimos".

"Esperamos que este acuerdo sea el principio de lograr una reconciliación que tanto necesitan los hondureños", enfatizó en declaraciones recogidas por los medios hondureños.

Las partes negociadoras reanudaron el diálogo este jueves ante la presencia en Honduras de tres altos diplomáticos estadounidenses enviados por Washington para empujar una solución a la crisis, cuando falta un mes para la celebración de los comicios generales.