El líder budista, quien se encuentra en la capital india impartiendo unos seminarios de meditación, también pidió a sus "amigos" de la comunidad internacional que manifiesten su preocupación por lo que está sucediendo en el Tíbet.

"Quiero expresar que ha llegado el momento para el Gobierno chino y las autoridades competentes de aceptar la realidad", dijo el Dalai Lama, quien precisó que en el siglo XXI las "mentiras no pueden funcionar".

Las declaraciones del líder espiritual de los tibetanos llegan después de las acusaciones de las autoridades chinas que aseguran que el Dalai Lama está implicado en las revueltas que se han producido en los últimos días en varias provincias chinas con fuerte presencia tibetana.

Desde el pasado 10 de marzo, monjes budistas secundados por la población civil han protagonizado protestas en el Tíbet para recordar el aniversario de la fracasada rebelión tibetana contra el mandato chino en 1959, que causó la huida al exilio del Dalai Lama.

Las manifestaciones desembocaron en la ciudad de Lhasa en unos disturbios que costaron la vida a 19 personas, según la versión oficial de China, aunque el Gobierno tibetano en el exilio en la India cifra el número de víctimas en las revueltas en cerca de 140 fallecidos.

Esta previsto que el próximo sábado el Dalai Lama dirija una oración en el memorial de Rajghat -donde Mahatma Gandhi fue asesinado- por las víctimas de las revueltas de los últimos días.

Mientras, organizaciones de tibetanos en el exilio indio han convocado hoy una "marcha pacífica" con destino a la frontera entre la India y China en la región septentrional de Arunchal, señaló PTI.

Asimismo, grupos de manifestantes se encuentran en huelga de hambre indefinida en el puesto de Rangpo, en el noreste de la India.

El pasado lunes unos 400 manifestantes llegaron a ese lugar para intentar entrar en la región de Sikkim, desde donde tenían previsto cruzar la frontera y llegar al Tíbet para solidarizarse con sus compatriotas.